¿Seguir con la lata o cambiarse de envase? Esa es la pregunta que algunos se están haciendo tras la determinación de CAP, de poner fin a su producción de hojalata en Huachipato, para privilegiar destinar el acero disponible a aquellos productos con mejor rentabilidad. Esto, ya que las empresas que utilizaban este material para envasar sus productos con latas, están buscando nuevas alternativas para hacer frente a la situación.

Algunas opciones son los envases de vidrio y Tetra Pak, cuyos productores se verían favorecidos con la situación.

Así lo señalan en Envases Buin, donde hace dos años que el número de clientes que ha preferido el vidrio a las latas ha aumentado entre 10% y 15%.

«Todos los productores que antes usaban la lata, están migrando al vidrio, pues ésta es la alternativa que tienen más a mano y que resulta más rápida para envasar sus productos, sin tener que hacer grandes inversiones», explica Patricia Concha, gerente general.

En Tetra Pak dicen que el cambio no será tan radical y que también estará impulsado por una tendencia hacia el uso de productos amigables con el medioambiente.

«El retail tiene los ojos puestos en este tema y está exigiendo que los proveedores y productores certifiquen sus productos», dice Sebastián Eskenazi, gerente general.

Por eso la firma tiene en el mercado un envase alternativo a la lata. Se trata de Tetra Recart, en los que hoy se envasa duraznos, porotos y choclos, entre otras cosas.

Pero hay otros que creen que la lata seguirá siendo el envase preferido para las conservas. Mariana Soto, gerente general del Centro de Envases y Embalajes de Chile (Cenem), dice que prácticamente nadie optará por cambiar la lata por otro material.

Esto, porque las latas tienen atributos (como por ejemplo la duración de almacenaje) y hacer un cambio como éste, significa una inversión importante en tecnología. Otros, como Italplast –dedicada a la producción e importación de envases– creen que el cambio sería difícil porque cuesta modificar los hábitos de la gente.

Mercados externos

Aunque hace unos cinco años la mayoría de los fabricantes de latas compraban la materia prima al único productor chileno, hace un par de años la situación es otra.

Esto, ya que la siderurgia disminuyó gradualmente su producción de hojalata, tras haberse programado la detención de las operaciones en su línea de estaño (donde se produce la hojalata). De hecho, actualmente se importa el 60% de la hojalata que se utiliza en el país.

Las importaciones dieron el gran salto en 2007, cuando se duplicaron los envíos hacia Chile, liderados por Brasil. De esta forma, si ese año se importaron 10 mil toneladas, en 2009 la cifra superó las 20 mil.

Pero dada la situación actual y considerando que muchos seguirán utilizando la lata como envase de sus productos, los mercados extranjeros se verán cada vez más beneficiados.

La fábrica de envases Inesa Chile es actualmente la principal importadora de hojalata del país. Si bien hace algunos años compraba a la CAP, actualmente tiene sus proveedores en Europa y Japón.

Según Eugenio Bernstein, gerente general de la firma, el cambio los favoreció por el nivel tecnológico que mejora la calidad del producto. Señala además que en relación precio–calidad, resultaba más beneficioso comprar en estos países que en Chile.

Nestlé era otro de los clientes importantes de CAP, pero hace un tiempo optaron por importar la hojalata desde Brasil.

Según Juan Pablo Silva, analista de consultora Matrix, la falta de producción sería principalmente reemplazada por productos brasileños, españoles y chinos. Eso sí, el analista dice que podría haber una desventaja: los productores de latas locales necesitarán aumentar el conocimiento del mercado del acero y estar dispuestos a correr mayores riesgos, debido a las fluctuaciones del precio del acero y el tipo de cambio. «Se verán obligados a aumentar los volúmenes importados, generando aumentos en el nivel de existencias, lo que conlleva a costos de de capital de trabajo», dice.

Fuente : El Mercurio