Uso eficiente de las tarjetas de crédito disponibles en el mercado
Si bien tiene muchos adeptos, también hay quienes se resisten a utilizar las tarjetas de créditos como medio de pago. Sin embargo, no es una opción para hacer transacciones comerciales que lleve poco tiempo en el mercado, por lo que de alguna u otra forma, todas las personas terminarán utilizándolas más de alguna vez en su vida.
Es en la década del 30, en Estados Unidos, cuando surgen las tarjetas de crédito, un plástico más bien triangular que cuenta con una banda magnética y número de relieve. Actualmente, por motivos de seguridad, se le ha agregado un microchip que impide la lectura de la información que contiene.
En pleno siglo XXI es tal el nivel de masificación de su uso, que se pueden clasificar en tarjetas bancarias (emitidas por los bancos) y las no bancarias (emitidas por casas comerciales, farmacias, entre otros). De esta forma, es tal el nivel de oferta para usar este medio de pago que surge la duda, ¿existe una forma inteligente para utilizar las tarjetas de crédito?
El director del Departamento de Dirección y Gestión de Empresas, de la Facultad de Economía y Empresas de la Universidad Diego Portales, Fernando Díaz Hurtado, indica que todo depende del nivel de ingresos y el objetivo para el que se utilizará la tarjeta de crédito. «No debería usarse una tarjeta para pagar las compras del día a día, a menos que se paguen de inmediato, cada mes. Es decir, sin usar crédito». Así, con las compras del supermercado, la peluquería, el regalo inesperado para el cumpleaños que surgió a último minuto, el pan para tomar once; si se usa la tarjeta de crédito el consumidor puede llegar a acumular una deuda creciente sin notarlo, porque no se dimensionó la suma total, situación que con el dinero en efectivo es más fácil de cuantificar.
Para Fernando Díaz, lo importante es usar una sola tarjeta y mantener su control. «En concreto, más relevante que el número de tarjetas es el tipo de compras que se hará con éstas». Por ejemplo, un joven que se tituló y tiene su primer trabajo cuenta con un capital que debe usar eficientemente y ante la lluvia de ofertas de tarjetas de crédito, lo importante es que revise muy bien las condiciones de operación de sus tarjetas de crédito: «Los costos por emplearlas (entiéndase, tasas de interés y el costo de mantención o por avance en efectivo), y el costo de roll–over, (en el que incurre cuando se deja la deuda para el mes siguiente y sin pagar)», sugiere el experto.
Seguros por fraudes
Estar expuesto a robo, hurto o clonación de las tarjetas de crédito es algo que a cualquier consumidor le puede ocurrir y no portar la o las tarjeta(s) de crédito tampoco es una solución, ya que se necesita(n) en el diario vivir. Por lo tanto, para el académico de la Universidad Diego Portales, el mejor consejo es tomar un seguro contra robo y mal uso. «Este tipo de seguros tiene por lo general primas muy razonables. Asimismo, sugeriría anotar en el computador personal los datos necesarios para dar aviso inmediato en caso de ser víctima de estas situaciones», dice
Fuente : La Tercera