Oda al estilo ingles
Si algo sabe Topshop es que el ADN de su marca es ser un objeto de deseo. Por eso lleva la misma colección que se lanza en su Londres natal simultáneamente a todas las tiendas del mundo. El clima da lo mismo: si por estos días en Inglaterra está en las vitrinas la colección invernal, eso es lo que llega a todos sus puntos de venta, incluido Chile, donde el calor está por llegar.
Neil Evans, director del departamento internacional del grupo Arcadia (al que pertenecen las marcas de vestuario Topshop, Topman, Dorothy Perkins, Miss Selfridges, Wallis y Evans), explica: «La moda es moda; es algo del momento, por eso las estaciones no hacen otra cosa que marcar la llegada de las novedades. Además, la gente cada vez sabe más sobre la marca Topshop, y espera sus productos independientemente de los cambios estacionales».
Sabe de lo que habla: Evans coordina un plan de expansión cuya meta es abrir 50 a 70 tiendas de marcas Arcadia cada año en el mercado internacional. Y hay una lista de 15 a 20 nuevos países que están pidiendo la llegada de Topshop.
Para Evans, Latinoamérica es un mercado muy atractivo. Chile, por supuesto, no es la excepción. «En octubre se abre el primer gran local en el mall Alto Las Condes, que funcionará en forma paralela a los corners que tenemos desde hace años en tiendas Paris. En ellos hemos trabajado trayendo la colección de invierno en verano, y ha sido una buena estrategia», acota Verónica Gutiérrez, brand manager en Chile y parte del staff de Eurofashion, empresa del grupo Cencosud que tiene la franquicia en nuestro país. Según Verónica, con la globalización en la que actualmente vivimos –que nos hace viajar mucho y estar informados a través de internet–, cada vez más gente sabe lo que hay en las tiendas del primer mundo y quiere comprar eso, no esperar a que llegue lo que en Europa o Estados Unidos ya se está dejando de usar. Además, en Chile perfectamente podemos comprar una chaqueta de cuero en verano, para usar de noche, y en invierno, una polera manga corta para ir a bailar. O un suéter calentito, para usar en las vacaciones de verano en el sur. O un escotado vestido sin mangas para un evento invernal. Claramente, la moda está experimentando su propio cambio climático.
LA DISEÑADORA (Y SU VISION BRIT STYLE)
Jackie Markheim, jefa del departamento de diseño de Topshop, se formó en la Universidad de Newcastle, al norte de Inglaterra, y dirige un equipo de 30 diseñadores. «Tenemos especialistas en diferentes tipos de prendas: algunos están en la sección de tejidos, otros trabajan con los cueros, varios diseñan solo zapatos. Pero todos participan en todas las colecciones», explica, desde el show room de la marca en Londres.
¿Cuál es el secreto del éxito de la marca Topshop? Nos sentimos orgullosos de nuestra herencia británica. Tenemos una gran tradición en piezas icónicas, como la chaqueta cazadora. Lo que hacemos es actualizar estos clásicos con un toque de ironía y humor. La irreverencia británica es sutil, incluso juguetona. No estamos en contra del establishment pero sí nos gusta quebrar algunas reglas.
Actualmente las noticias económicas no se ven muy alentadoras, sobre todo en Europa. ¿Toman esto en consideración al diseñar? No me gusta que mis diseñadores estén en una burbuja, pero el primer esbozo debiera ser exactamente lo que un diseñador quiere; luego puedes adaptarlo a la realidad.
¿Cómo maneja su equipo la tensión entre creatividad y la necesidad de hacer ropa fácilmente vendible? Efectivamente existe una tensión entre lo que el diseñador quiere hacer y lo que se vende, pero es una tensión sana. Es como un matrimonio bien avenido, que ocasionalmente enfrenta algún conflicto (ríe). Creemos que un buen diseño es uno que se vende. No tratamos de cambiar las fórmulas del mercado, sino que respondemos a ellas de manera positiva. Para eso, el trabajo en equipo es fundamental.
¿Cómo saben cuando un diseño va a ser un éxito de ventas? Si tiene buena aceptación en personas de diferentes estilos, desde una chica punkie hasta una más casual, sabemos que se venderá bien. También cuando en la oficina nos empiezan a preguntar cuándo ese diseño estará en las tiendas… Por último, siempre es útil revisar el historial de ventas. Suele haber unas diez piezas clave.
¿Qué relación tiene Topshop con las tendencias de la moda? El desafío es que estén presentes con nuestro sello. Por eso mezclamos prendas y estilos típicamente ingleses con piezas inesperadas y lo casual con lo posh (elegante y lujoso). Creemos que la moda es para divertirse. Si se pone seria, entonces ya no es más Topshop.
¿Hay algo que jamás harías como diseñadora? ¡Nunca digas nunca jamás! (ríe). Siempre hay ropa que uno mira y dice: «No me podría poner eso». Pero al final, lo hace.
LAS COLECCIONES (Y SU MIRADA AL PASADO)
Según explica Neil Evans, director del departamento internacional del grupo Arcadia, Topshop estrena para cada cambio de estación al menos tres colecciones, más una línea de zapatos, bolsos y accesorios que se llevan bien con cada una de estas propuestas. Más que en tendencias de moda, piensan en tipos de mujeres. Por eso, una colección es más bien rockera, con hartas piezas de cuero y fuertes influencias de la estética biker (de motociclista). Otra tiene aires románticos, con abundancia de cintas, vuelos y tonos pastel. Y siempre hay una apuesta más clásica, cuyas piezas básicas combinan a la perfección con las otras colecciones. Esta vez las propuestas son cuatro.
Psychobilly
Esta colección nos lleva de regreso a los tiempos de los Teddy Boys, jóvenes de clase media amantes del rock’n roll que se unieron al mod, movimiento cultural que surgió en el sur de Inglaterra en los años 60. Y lo hace con una idea central: adelgazar los tobillos, a través de pantalones tipo cigarette (cortos y ajustados al cuerpo, pero no ceñidos) y faldas en las que predomina la silueta lápiz. También hay bastantes encajes y polkadot (así se le llama al estampado con lunares), muy 50, y chalecos ‘de abuelo’. El toque moderno lo dan las piezas endurecidas con detalles en cuero, los prints oversize y el uso de colores sorprendentes, cuyo mejor ejemplo es un pantalón en jacquard color zafiro.
Thrift
En países angloparlantes, las tiendas de ropa usada se conocen como Thrift shops, porque el término thrift significa económico. Esta colección se llama así porque se inspira en lo vintage, con dos décadas como eje: los 40, con la estética de la posguerra, y los 60 con su rebeldía. La pieza clave son los vestidos estampados de manga larga y a media pierna, en telas delgadas, pero también hay blusas con cuellos tipo pétalo –que recomiendan usar abotonadas hasta el cuello–, faldas plisadas y pantalones palazzo estampados.
Glamrock
Es la opción para quienes quieran verse como verdaderas rock stars o trasladarse a una discoteca de los años 70. Aquí mandan las pieles falsas, en colores de alto impacto, como el rosado fosforescente o el amatista. En el resto de la ropa, la paleta de colores fue tomada directamente de un joyero, con los tonos plata y oro –matizados con esmeralda y amatista– a la cabeza. Los shorts, negros o en denim, son un infaltable. Abundan también la pedrería y las piezas experimentales, entre las que llaman la atención los pantalones con efecto encerado. Una colección pensada para la noche, cuyo aspecto metálico gana calidez con los siempre bienvenidos jeans.
Bavaria
El folk centroeuropeo domina en esta propuesta, en que el lujo y la opulencia se hacen presentes a través del brocato, el terciopelo, los bordados y la pedrería. La silueta es alargada, con prendas flotantes que caen casi como si fueran trapos tirados sobre el cuerpo y el gillette como la pieza encargada de recordar la existencia de la cintura. Otra vez vemos piel falsa; también hay tejidos con trenzas y el famoso diseño de la isla escocesa de Aran. Reinan el amarillo viejo, el azul marino y el verde petróleo.
Fuente : La Tercera