ablo Longueira se apasiona. Gesticula, mueve las manos, levanta el tono de voz. Quizás con la esperanza de que lo escuchen todos. ¿El tema que mueve al ministro de Economía? La serie de regulaciones que están en trámite para –afirma– generar mayor competencia y reducir las asimetrías del mercado.

Según él, el caso La Polar no hizo más que revelar las imperfecciones que el mercado comenzó a acumular en la última década. «No hago una crítica al mundo empresarial. Creo más bien que falló la autoridad, falló la presencia, la preocupación que debió haber tenido históricamente el Ministerio de Economía en cumplir un rol de mayor competencia, de impulsar más actores en los mercados… Frente a la ausencia de una regulación, de un rol del Estado de ir introduciendo más competencia, es más fácil vulnerar el derecho de los consumidores».

De ahí su insistencia en defender el fortalecimiento del Sernac: «No sé por qué debe ser una preocupación del mundo empresarial, cuando precisamente lo que buscamos es recuperar las confianzas que perdimos principalmente cuando se conoció el hecho de La Polar. Que en el fondo fue un abuso de los derechos de los consumidores durante 10 años seguidos».

–Los argumentos contra el Sernac Financiero tienen que ver con un temor al exceso de regulación, por todas las legislaciones que promueve su cartera.

«No existe ningún exceso de regulación. En el caso del Sernac Financiero no hay regulación, hay transparencia, hay información, son equilibrios que se perdieron. Me gustaría que me dijeran: ¿cuál de todos los derechos que le hemos entregado a los chilenos quieren eliminar?».

–Pero es que ese discurso se contrapone con el tradicional de la centroderecha, que defiende la autorregulación del mercado. ¿La Polar demostró que falló la autorregulación?

«No, considero La Polar una excepción… y tuvo el impacto que tuvo porque precisamente es difícil construir una forma de sortear todos los organismos fiscalizadores que tenemos».

–Tomando en consideración que no se trata de las multas más altas (que se impusieron en los casos Chispas e Inverlink), ¿estima que las multas de la SVS a los ex ejecutivos de la firma se condicen con la gravedad de los hechos cometidos?

«Desde el primer momento de conocidos los hechos dije que en todos los procesos iniciados por este caso debían aplicarse medidas ejemplificadoras y creo que las multas aplicadas por la SVS dan cuenta de eso».

Inaugurado esta semana, el Sernac Financiero aparece recurrentemente en la conversación con Longueira, quien insiste en recordar que fueron los reclamos de los consumidores los que permitieron destapar lo que ocurría al interior de La Polar. Eso justifica el hecho de que ahora los reclamos de los consumidores deban ser informados a los gobiernos corporativos.

«Los directorios de las empresas del país deben tener conocimiento de los reclamos que hagan sus clientes. No podemos tener una empresa que tenía reclamos en el Sernac y en su propia institución y en los directorios nadie sabía, porque eso es lo que uno lee en la prensa, y esos reclamos fueron los que terminaron por descubrir esta situación».

Un nuevo regulador

La del Sernac, insiste, es otro tipo de fiscalización. «Yo escucho: ‘No, a mí me fiscaliza la SVS’. Perfecto, pero el Sernac tiene otro rol y el derecho de los consumidores los va a fiscalizar el Sernac. Es muy importante que la industria comprenda que eso es parte del camino al desarrollo. Es natural lo que nos está pasando. Y cuando tengamos un país con un ingreso per cápita de US$ 20 mil o US$ 25 mil los consumidores van a ser bastante más sofisticados de lo que podemos ser hoy con un ingreso per cápita de US$ 16 mil».

–En el caso La Polar, ¿estaban mal puestos los incentivos para su administración?

«No soy una persona que generalice, creo que la industria financiera del país es muy sólida, es muy buena y lo que tenemos que entender es que las sociedades cambian… Quiero consumidores informados, conectados, exigentes, que se respeten sus derechos, quién no puede ser partidario de eso».

–Las críticas al Sernac Financiero también apuntan a su efectividad, debido a que no tiene potestad para multar.. .

«No es necesario, ya hay instrumentos. Lo primero que buscamos en el Sernac es un mayor entendimiento, no una disputa. Si incluso no se llega a un acuerdo, hay una mediación o un arbitraje. La idea es evitar judicializar».

–¿Y qué se busca con la demanda colectiva del Sernac? ¿Sentar un precedente?

«Exactamente. Lo que no vamos a aceptar en el caso La Polar es que debilitemos los derechos de los consumidores por una práctica inaceptable, cuya situación es única responsabilidad de las personas que la condujeron».

–Aunque eso signifique, como afirma la actual gerencia de la multitienda, la eventual quiebra de la empresa.

«No, no, no, y contribuir a la viabilidad de esa empresa, y para eso tenemos formas de llegar a acuerdo, instancias de conciliación que se pueden buscar, respetando los derechos de los consumidores».

«Imagínese el precedente que sentamos si renunciamos a defender los derechos de los consumidores para no quebrar a una empresa. Pero obviamente que como ministro persigo los dos objetivos, porque hay ocho mil familias que dependen de esa empresa y además me interesa que haya otro actor más para introducir competencia en un mercado bastante concentrado».

–¿Cuál es su meta personal en esta materia? ¿Con qué se sentiría satisfecho el último día de su gestión?

«Me sentiría satisfecho con una visión más inclusiva del mundo empresarial».

–¿En qué sentido?

«No considero que todo está mal. Este es un país muy bipolar…. ocurre lo de La Polar y resulta que todos son abusadores. No estoy en ese discurso. Creo que este país ha alcanzado un nivel de desarrollo porque tenemos un muy buen nivel de empresarios y emprendedores en el país. Por lo tanto, lo que planteo es entender que los gremios empresariales tienen que hacerse cargo cuando hay actores en sus sectores productivos que tienen malas prácticas, porque esas malas prácticas nos dañan a todos. Los chilenos quieren más transparencia, más información y por eso me sorprende el clima que instalan algunos con un proyecto de ley como el de Sernac Financiero».

–¿Son voces minoritarias?

«Todos son minoritarios, por eso no tengo ninguna preocupación, todo esto va a ser para bien. Nunca me he comprado los discursos apocalípticos en ninguna materia».

–¿Ni por la Tasa Máxima Convencional?

«Ninguno, nunca».

–¿Ni por la reforma tributaria?

«Las cosas hay que hacerlas con equilibrio y oportunidad. Por eso no creo ninguno de los discursos apocalípticos sobre la reforma tributaria y por eso es que la he promovido. Es importante que sepamos tomar estas decisiones como país en forma oportuna. Creo que el Sernac Financiero se debió implementar en Chile diez años atrás».

–¿En qué se traduce en lo concreto una visión más inclusiva de la comunidad empresarial?

«En que las empresas, los empresarios en Chile entiendan que somos parte de una sociedad. Me sorprende que hayamos lanzado el sello propyme que es una certificación de que una gran compañía le va a pagar a las pymes en 30 días. Es una vergüenza la cantidad de empresas que lo han solicitado (apenas alrededor de 50)».

«¿Alguien puede decir por qué una gran compañía teniendo hoy el acceso al financiamiento que tiene, más barato que las pymes, además usa el financiamiento de las pymes durante 60 días, 90 días».

–Se excusan en que el Estado tampoco se ha puesto al día en sus deudas…

«Nosotros nos estamos poniendo al día. Ni siquiera lo acepto como excusa y se la he escuchado a algunos. Eso demuestra que hemos perdido un compromiso con la construcción de un país más inclusivo. Eso demuestra que no entendemos el cambio de esta sociedad».

Fuente : El Mercurio