Manuel Ariztía habla de cómo su empresa superó la crisis y del traspaso de su gestión
«Hoy el mundo está bastante más estabilizado», dice Manuel Ariztía, dueño y presidente de Empresas Ariztía, segundo productor de pollos y pavos de Chile. Tras dos años con números rojos producto de los efectos de la crisis internacional esperan cerrar 2010 con utilidades y un crecimiento en ventas cercano al 6%, apuntando a ingresos por unos US$ 400 millones.
Esto, estiman en la empresa, tras un mejoramiento del mercado de Estados Unidos, lo que influye positivamente en el mercado mexicano, destino de exportación indexado al primero.
A su vez, frente a los nubarrones de Europa, mercado al que exportan pollos y pavos, han logrado redireccionar envíos justamente a Estados Unidos y México. Viento a favor también ha constituido la caída del precio de las materias primas y una normalización de los valores de la carne en Chile y el exterior.
También han tomado sus resguardos frente a la volatilidad del tipo de cambio y variaciones en los valores de algunos insumos, contratando seguros, explica Marcelo, hijo de Manuel, hoy gerente general de la compañía. Comenta que 2008 y 2009 no sólo fueron ejercicios duros para su empresa, sino que para muchas firmas del sector pecuario. En ese contexto, manifiesta que el terremoto «fue sólo la guinda de la torta (…) la crisis fue tan grande que nosotros tuvimos, en 2008, clientes, gente de primer nivel, con quienes llevábamos 10 y 20 años, a quienes les habíamos mandado el barco con sus containers, y nos decían que no podían recibir».
Explica que la crisis estuvo marcada por el incremento del costo de las materias primas. «El alimento para la crianza de pollos y pavos subió más de un 50% y los costos de la energía también se fueron a las nubes», explica. Una tormenta perfecta, considerando que además su negocio exportador –principalmente a México, Europa, China y EE.UU.– se vio afectado por el tipo de cambio y una caída de los precios internacionales de los productos que enviaban. «Si incluso quebró el mayor productor de pollos del mundo (Pilgrim´s Pride)», remarca Manuel.
Reestructuración
Todo lo anterior y la necesidad de prepararse para escenarios competitivos obligaron a los Ariztía a apurar el tranco con un profundo proceso de reestructuración que habían ideado hace poco más de cinco años, cuando de la mano de Jon Martínez comenzaron un proceso de profesionalización del gobierno corporativo de la compañía.
«Este es el paso de la dictadura a la democracia, yo les digo a mis nueras que queda poquita dictadura mía, y que ya viene la democracia», bromea a sus 79 años Manuel Ariztía, en torno a lo que ha sido su sucesión en la gestión de su empresa, donde hoy trabajan tres de sus hijos.
En octubre del año pasado, Marcelo (53) llegó a la gerencia general del grupo. Paulo Ariztía (46), en tanto, ocupa la vicepresidencia comercial de la compañía; Eugenio Ariztía (51) es el vicepresidente de Nuevos Negocios. Por su parte, Nicolás González, yerno de Manuel, es gerente general de Tecnología y Alimentos, desde donde lidera la fábrica de cecinas.
A ellos se suman dos primos que también trabajan en la compañía. «Somos sólo cinco Ariztía entre 200 profesionales de la empresa», destaca Marcelo.
En tanto, como parte de los cambios organizacionales y con miras a enfrentar escenarios más competitivos y aumentar la eficiencia del negocio, hace poco más de una semana se conoció la desvinculación de unos 300 trabajadores en todos los niveles de la compañía, correspondientes a un 7% de la plantilla de la empresa. Esto sucedió tras una consultoría realizada por Virtus Partners.
«Fue una revisión que se realizó, y desgraciadamente la evaluación arrojó que éste era un cambio necesario, que debíamos hacer y que hicimos», explica Marcelo, respecto de la decisión. Añade que los cambios se anunciaron todos el mismo día para aminorar el impacto sobre el clima laboral.
Marcelo recalca que además de esta consultoría han efectuado una revisión general de la compañía y un mejoramiento de procesos, con miras a elevar su competitividad en los mercados nacional e internacional a los que abastecen.
Fuente : El Mercurio