Llegó a las 18:00 horas y se fue a las 22:00. El ministro de Economía Pablo Longueira tuvo ayer un largo y reervado encuentro con los principales empresarios del país agrupados en la Sofofa.

En una de las semanas más polémicas de sus siete semanas tres meses en la cartera (ver información en Pág. 14), el ex senador fue el invitado de honor al consejo mensual de la Sofofa.

Tras la exposición, el ministro respondió por más de dos horas preguntas de los asistentes, entre los que estaban el presidente de la institución, Andrés Concha, y empresarios como Wolf y Richard von Appen, Bruno y Cristóbal Philippi, Rafael Guilisasti, Juan Antonio Guzmán, Jorge Matte Capdevila, Alfonso Swett, Fernán Gazmuri y Enrique Ostalé, entre otros.

El encuentro se dio en un ambiente de «mucho respeto y cariño. Se agradece que Longueira es igual en una población y en el consejo de la Sofofa», comentó uno de los presentes.

De hecho, pese a ser el ministro que se ha mostrado más lejano al sector empresarial –en varias ocasiones ha manifestado la necesidad de impulsar una reforma tributaria que aumente el impuesto a las empresas–, desde fuera del salón, en más de una ocasión se escucharon fuertes aplausos hacia el invitado.

Seguridad, impuestos y una confesión: larga charla con Larraín
Longeuira realizó primero una larga exposición sobre los cambios sociales y culturales que se están produciendo en Chile, con una clase media emergente y numerosa. Como dato: el 80% de las personas consultadas en las encuestas, se reconocen de clase media, graficó el ministro.

También destacó los consesos políticos y acuerdos sociales logrados, que dieron estabilidad y progreso en los últimos 20 años. En este mismo marco habló de las protestas, y señaló que no responden a que la gente esté en contra del sistema, si no a su alta valoración de la libertad individual y a su búsqueda de movilidad social que se materializa a través de dos vías: educación y emprendimiento. Y por eso, enfatizó, la importancia de reforzar un modelo basado en la libertad de emprender.

Este análisis, fue considerado por varios de los asistentes como «notable».

El ministro también abordó el acuerdo que a comienzos de esta semana alcanzó la mesa de la pesca, tema por el cual también fue aplaudido.

Uno de los temas que se abordó con mayor detalle fue la preocupación por la seguridad pública, planteado por el gerente general de Walmart Chile, Enrique Ostalé , quien mostró su inquietud por los saqueos y la destrucción de la cual ha sido víctima el comercio a raíz de las manifestaciones estudiantiles, y también tras el apagón, como un local Ekono. Se le mencionó el hecho de que durante estos meses más de 450 carabineros han resultado heridos, y que no hay ninguna persona procesada.

El ministro compartió la preocupación. De hecho, dicen quienes lo escucharon, aseguró que el presupuesto 2012 trae más recursos paraseguridad.

Otra preocupación que le manifestaron fue las contínuas discrepancias de Longueira con otros ministros. Esto en relación, principalmente, a las diferencias que esta semana ha mantenido con el ministro de Hacienda, Felipe Larraín , por eventuales cambios al impuesto a los combustibles.

En este punto fue quizás en el que se mostró más reflexivo. Se refirió a que ha debido hacer esfuerzos para pasar de «político a ministro», en el sentido de que como político podía hablar de todos los temas libremente y como ministro debe ser más cuidadoso.

Sobre ese mismo tema, confidenció que ayer tuvo una larga conversación con el ministro Larraín, en la cual habrían superado sus roces.

Y aunque sólo mencionó el debate tributario tangencialmente, dijo que es partidario de mantener el llamado impuesto transitorio a las grandes empresas en 20%, alza que vence a fines de año y que se puso para financiar los planes de reconstrucción. También defendió que las empresas grandes tienen que hacer un esfuerzo mayor en temas de responsabilidad social y relación con las pymes.

Fuente : La Segunda