La disputa legal de la familia Karlezi tras la crisis financiera de Patroll
El martes 1 de octubre un grupo de detectives de la PDI irrumpió en las oficinas de la empresa de seguridad Patroll para allanar sus instalaciones a petición del fiscal de delitos económicos, Francisco Jacir, quien investiga una supuesta estafa de $ 8.000 millones.
Detrás de estas diligencias se esconde un conflicto familiar que está sacudiendo a la familia Karlezi Marre, propietaria de Patroll, y que actualmente se encuentra enfrentada en tribunales.
Los problemas financieros de Patroll comenzaron en 2007, cuando otros actores del negocio de seguridad iniciaron una agresiva estrategia de captación de clientes, disminuyendo los márgenes de la industria. Para enfrentar este escenario la empresa de la familia Karlezi pidió numerosos préstamos a la banca, factoring y leasing, con tasas de interés que según el convenio judicial, terminaron por asfixiar la caja de Patroll.
El tío demanda a sus sobrinos
Patroll fue fundada en 1978 por los hermanos Fernando e Iván Karlezi Marre.
Tras posicionar a la empresa, los hermanos Karlezi Marre comenzaron a desligarse de la administración y dieron paso a las nuevas generaciones. Los escogidos fueron, Iván y Sebastián Karlezi Celedón, hijos de Iván Karlezi Marre .
Si bien los primeros años de administración lograron buenos resultados, desde 2006 se inició un paulatino deterioro financiero que culminó con la presentación del convenio judicial.
Ahí se desató el conflicto. Fernando Karlezi Marre contrató al estudio de abogados Grasty Quintana Majlis & Cia y se querelló criminalmente en contra de sus sobrinos por estafa.
Los préstamos de Cecilia Karlezi Solari
En la querella criminal presentada en el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago, Fernando Karlezi afirmó que en 2006 sus sobrinos le pidieron que gestionara un préstamo con su hija Cecilia Karlezi Solari, quien es una de las principales accionistas de Falabella y Clínica Las Condes , entre otras empresas.
«Mi hija Cecilia es una reconocida empresaria y cuenta con un patrimonio importante. Fue así, que frente a la solicitud de nuestros sobrinos, gestioné con mi hija Cecilia un mutuo a favor de Patroll por un monto de UF 55.000 ($ 1.200 millones aproximadamente) que se materializó en septiembre de 2006 a través de la sociedad Agrícola Cechi Limitada, de propiedad de mi hija Cecilia», relata Fernando Karlezi.
Dicha deuda fue avalada por los hermanos Karlezi Marre, quienes se constituyeron como codeudores solidarios y entregaron una prenda comercial de sus acciones a favor de Agrícola Cechi.
Según Fernando Karlezi, en junio de 2013 su sobrino Iván le señaló que la sociedad estaba con serios problemas de caja y que tenía un pasivo cercano a $ 2.000 millones. Por esta razón, «me preguntó si podía gestionar un segundo préstamo a Patroll Internacional con mi hija Cecilia» debido a que el alto interés que cobraban los factoring estaban produciendo una grave crisis de caja y se necesitaba una inyección de recursos frescos.
«Yo, actuando de buena fe y víctima de lo que después descubrí era un engaño y un fraude sistemático y teniendo en especial consideración que la persona que me estaba haciendo tal solicitud era de mi total confianza e hijo de mi hermano y que hace unos años ya había gestionado un préstamo, acepté dar la cara nuevamente frente a mi hija y le solicité que le prestara a la sociedad $ 1.000 millones a través de Agrícola Cechi», relató Fernando Karlezi.
La querella criminal dice que dos días después de hacerse efectivo el depósito, Iván Karlezi le comunicó a su tío Fernando que los recursos habían cubierto parte de las deudas, que en realidad los pasivos de Patroll superaban los $ 11.000 millones y que si no se solucionaba este problema la sociedad caería en quiebra. Por esta razón «me pidió que volviera a pedirle dinero a mi hija, a lo cual me opuse tajantemente», afirma.
Facturas «ideológicamente falsas»
«En esa oportunidad y ante mi indignación y sorpresa, me confesó que no existía sólo un problema de deudas, sino que el problema era mucho más grave, pues durante años se habían emitido muchas facturas electrónicas que eran ideológicamente falsas, las que se habían factorizado, engañando así a las empresas de factoring valiéndose para ello de sociedades `de papel´, una de ellas incluso por los querellados Iván y Sebastián Karlezi Celedón», relata su tío Fernando.
Agrega desconocer el destino real de los $ 1.000 millones prestados por Cecilia Karlezi porque es «perfectamente posible que esta persona (Iván Karlezi) los haya sacado de la cuenta corriente de la sociedad y los haya derechamente desviado, ya que tenía poder de firma individual».
Fuente : La Segunda