Las repercusiones del caso La Polar podrían afectar directamente las decisiones de consumo de los chilenos, así como las condiciones de las casas comerciales en el otorgamiento de créditos, aseguran los expertos.

El presidente del Banco Central (BC), José de Gregorio, afirmó que si bien el organismo anticipa una desaceleración en el consumo, el problema de confianza que generó el caso en la economía y, en particular en los usuarios de crédito, podría tener un efecto mayor. «Obviamente estos grados de incertidumbre pueden llevar a cierta mayor moderación en el consumo. Es algo que tenemos que ir viendo», dijo De Gregorio, al presentar el Informe de Política Monetaria (Ipom).

En 2010, el consumo total creció 9,3% anual, mientras que en el primer trimestre de este año se expandió 11,6%. Para todo 2011, sin embargo, el BC proyectó un avance de 8,3%, levemente inferior al desempeño del año pasado.

Consumo prudente

Analistas privados creen que eventualmente podría haber mayor cautela de los consumidores a la hora de endeudarse, en particular en segmentos de ingresos medios y medios–bajos. Este es el grupo al que apunta La Polar, y en el que se dieron repactaciones unilaterales de deudas.

George Lever, gerente de Estudios de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), dice que el efecto en el consumo no será significativo. Pero, reconoce que en estos segmentos podría registrarse un menor crecimiento del crédito, en particular, en el retail.

«Esos segmentos están menos bancarizados, por lo que básicamente son usuarios de crédito de retail y, fundamentalmente, de las casas comerciales que apuntan a ellos, como era el caso de La Polar. Las mismas personas ahora podrían tener más cuidado respecto de sus decisiones de endeudamiento», dice Lever.

Según los datos del BC, al primer trimestre de este año, el 7% de la deuda total de los hogares chilenos estaba en las casas comerciales. En tanto, el 24,3% correspondía a deudas de consumo en los bancos.

Menores cupos

El profesor del Centro de Retail de la Universidad de Chile, Claudio Pizarro, coincide en que, en términos generales, el impacto será menor, pero se concentrará en los sectores C3 y D. «Las personas podrían ser más cuidadosas, pero también podría haber algún tipo de endurecimiento en las políticas que las empresas aplican para dar crédito», afirma Pizarro.

Precisa que, lo más probable, es que las empresas sean «mucho más prudentes y den cupos muy reducidos en las tarjetas y, en términos del comportamiento de pago, lo van a ir ampliando».

Esto, además de las tradicionales políticas de acreditación de ingresos estables, «aunque sea más difícil en estos segmentos más expuestos».

La misma opinión tiene el presidente de la Sofofa, Andrés Concha, quien, no obstante, descarta mayor impacto en el consumo. «Los criterios de montos de crédito que estas instituciones van a dar, van a estar probablemente sometidos a normas más exigentes», afirmó.

Fuente : La Tercera