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Empresas chilenas miran de reojo el mercado uruguayo

Empresas chilenas miran de reojo el mercado uruguayo
12 octubre, 2010

Entre la última semana de octubre y principios de noviembre, una misión de empresarios agrícolas chilenos visitará Uruguay con el objetivo de buscar nuevos mercados de desarrollo, ya sea a través de asociatividad con sus pares de ese país o para realizar una inversión extranjera directa.

Adicionalmente, compañías mineras que operan en el país y la Sociedad Nacional de la Minería de Chile encabezan conversaciones iniciales en tierras uruguayas para ver la posibilidad de hacer sondeos y exploraciones en reservas de hierro.

Esto deja en evidencia que las firmas locales están buscando nuevos polos de expansión en Latinoamérica, apostando por un mercado que en el pasado era casi ignorado por la limitante que representa su tamaño de mercado (la población total del país alcanza unos 3,4 millones de habitantes).

A juicio de actores nacionales de distintos sectores económicos, Uruguay podría representar la continuidad del crecimiento empresarial que inició Chile en la región, y que hoy está marcado por el desembarco de las sociedades nacionales en Perú y Colombia, mercados de 30 millones y 45 millones de personas, respectivamente.

«La tendencia de inversión chilena en Uruguay es favorable, mostrando en los últimos cinco años un alza progresiva y diversificando las áreas», sostiene el presidente de la Cámara de Comercio Chileno–Uruguaya, Miguel Ángel Garderes.

El ejecutivo explica que el mayor atractivo de las empresas chilenas por abrirse a este mercado menos explorado obedece a las favorables perspectivas económicas y la estabilidad de la política monetaria, tributaria y macroeconómica, independiente de la tendencia del gobierno de turno.

RECEPTOR DE CAPITALES CHILENOS

Uruguay es un mercado de creciente interés para la inversión directa chilena. Según cifras de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), entre 1990 y el primer semestre de 2010, acumula recursos materializados por unos US$702 millones, lo que representa un 1,3% del total invertido en el exterior.

«La relativa similitud de la estructura económica de ambos países abre interesantes oportunidades para los inversionistas chilenos, especialmente en el área de servicios, industrial y forestal», sostienen en la Direcon.

En términos sectoriales, el sector Industrial representa actualmente el primer destino de las inversiones directas de Chile en ese país, con una inversión acumulada de US$329 y un 47% de participación.

En este sector es importante la presencia de inversiones chilenas asociadas a empresas del sector forestal, a través de la producción de papeles, cartones y pañales; envases; contrachapados; calzados y productos químicos; entre otros.

El sector de los Servicios representa el segundo sector en importancia de la actividad inversionista chilena en Uruguay, concentrando un 31% del total, lo que significa unos US$217 millones.

Destaca el interés de los inversionistas chilenos en áreas como retail, servicios portuarios, servicios informáticos, construcción y hotelería.

En un tercer lugar se ubica el sector Agropecuario, con una inversión acumulada de US$156, millones y un 22% de participación.

En este sector destacan las inversiones realizadas en extensas áreas de plantaciones de eucalipto y en la generación de materias primas para la fabricación de paneles MDF.

Al igual que en otros mercados, la presencia de empresas chilenas va acompañada de una significativa capacidad generadora de empleo. De acuerdo a los datos entregados por la Direcon, el empleo generado en Uruguay alcanza a unas 4.374 personas, de las cuales un 56% corresponde a empleo directo y un 44% a empleo indirecto.

Dos son los sectores de mayor capacidad generadora: Servicios, con un 55,5% sobre el empleo total generado, e Industria, con un 33,4%.

EMPRESAS ENTRE LÍNEAS

Son pocos los que están dispuestos a entrar a un mercado que supera levemente la cantidad de habitantes que hay en Santiago.

A juicio de Garderes, las compañías que han apostado por Uruguay apuntan más al Tratado de Libre Comercio y a la participación en el Mercosur como plataforma para exportar a otros países.

Y esto se debería incrementar, «con el tratado de doble tributación que este año debería estar funcionando, lo que favorecería aún más la inversión chilena en Uruguay», explica el presidente de la Cámara de Comercio Chileno–Uruguaya.

El sector forestal es el más activo dentro de las inversiones chilenas en Uruguay. A comienzos de 2009 Celulosa Arauco tenía 27 mil hectáreas en Uruguay, hasta que la compañía del grupo Angelini anunció una alianza con la empresa forestal escandinava Stora Enso para combinar sus activos en ese país y, además, la compra de las plantaciones uruguayas de la española Ence.
A través de su empresa conjunta, Arauco y Stora Enso ahora poseen más de 250 mil hectáreas de bosque uruguayo para talar.

CMPC –del grupo Matte– ingresó al mercado uruguayo en 1994 tras adquirir a través de su división Tissue la firma Ipusa, siendo hoy líder en este segmento de negocios con productos como papeles higiénicos, rollos de cocinas, servilletas, faciales, toallas femeninas y pañales.

El secretario general de Empresas CMPC, Gonzalo García, indica que Uruguay «es un país que destaca por su estabilidad social y jurídica.También la promoción a la inversión ha sido una política consistente, que se ha visto materializada con una serie de beneficios impositivos que hace de este país una plataforma interesante para incluso vincular otros mercados. Uruguay es un componente valioso en nuestra red de negocios dada su localización y nuestra participación en Argentina y Brasil. Somos optimistas en el futuro de Uruguay, como resultado de la calidad de su gente, su estabilidad y su adecuado manejo económico».

El ejecutivo destaca además que el país oriental ha estado históricamente asociado a la producción agrícola y de ganado, «sin embargo, es interesante notar que el grado de desarrollo del capital humano en el país lo hace potencialmente atractivo para industrias de servicios y manufacturas ligadas al agro».

En el área construcción resaltan las operaciones de Tecsa, que opera en Uruguay desde 1997. Allá ha construido más de 30 proyectos inmobiliarios en Montevideo y Punta del Este, diez de ellos categoría Premium, en asociación con Atijas–Weiss.

La firma controlada por las familias Binder y Loehnert ha desarrollado obras de equipamiento urbano e industriales, obteniéndose una importante participación en la planta de celulosa Botnia, en Fray Bentos.

Actualmente se están ejecutando los edificios Bilú, Ocean Drive e Imperiale.

El retail también tiene representante en tierras uruguayas.

Forus –de la familia Swett– en 1993 comenzó su internacionalización incursionando en el país oriental. Allá opera con las marcas Hush Puppies, CAT, Merrell, RKF, Nine West, Mountain Hardwear y Pasqualini (marca líder en categoría mujer que fue adquirida en 2007), alcanzando ventas el año pasado por unos US$16 millones y utilidades por US$1,1 millón.

SECTORES CON POTENCIAL

La historia económica uruguaya ha estado ligada a la producción agrícola y de ganado, y a beneficios obtenidos por la calidad de sus terrenos.

«La tierra que hay en Uruguay ha sido determinante para que se vean con buenos ojos desarrollos agrícolas, ganadero, frutícola y de logística. En la actualidad la tierra de buena calidad esta en torno a US$6.000 la hectárea, mientras que en Chile puede llegar a valer unas 10 veces más», explica Garderes.

El ejecutivo resalta que como inversión puede ser atractivo todo lo que tiene que ver con la tierra, principalmente la agricultura, ganadería y el negocio hortofrutícola, «aunque también se ve con potencial en mediano y largo plazo el tema minero por las reservas de hierro que hay en el país».

Las apuestas agrícolas más avanzadas apuntan a la industria de palta Hass, no sólo proyectándose para el mercado interno, sino que también para llegar a otros países.

Pero dentro de la carpeta de negocios de la misión agrícola que irá próximamente a Uruguay, destacan proyectos lecheros y de aceite de oliva.

El presidente de la Cámara de Comercio Chileno–Uruguaya advierte que los servicios logísticos y de operaciones portuarias van a ser un factor importante de atracción para la inversión chilena, «porque las empresas de Chile tienen mucha experiencia en esto y en Uruguay hay proyectos importantes en infraestructura para los próximos 4 años».

FAVORABLES PERSPECTIVAS

El socio fundador y presidente de Compass Group Chile, Jaime de la Barra, destaca que Uruguay fue investment grade hasta 2002, cuando se contagió de la crisis argentina, pero que «un detalle importante es que su actual Mandatario, José Mujica, sostuvo que quiere volver a ese rating antes de dejar el cargo en 2014, lo cual favorece las perspectivas en cuanto al manejo macroeconómico de ese país».

Uruguay tiene un PIB de alrededor US$31.500 millones (US$12.600 per cápita), resaltando De la Barra que su economía está compuesta por un fuerte sector de servicios, «donde destaca hoy el desarrollo de una plataforma tecnológica internacional que el gobierno está promocionando fuertemente».

El ejecutivo de la empresa financiera valora que «durante la gran recesión 2008–2009, Uruguay resistió ejemplarmente. El PIB en 2009 creció 2,9%, que se compara positivamente con la contracción de 1,8% de la región. Las proyecciones apuntan a que la economía uruguaya crecería en torno al 6% en 2010 y la inflación está bajo control en 6,5% estimada para este año, y 5% para 2011».

El sistema financiero del país oriental también representaría una oportunidad, considerando que en la Bolsa de Montevideo las transacciones prácticamente se limitan a instrumentos de renta fija, y las acciones representan menos del 1% del monto transado, lo que se traduce en menos de US$500.000 diarios, «la misma situación de la Bolsa de Valores de Lima hace 20 años», puntualiza De La Barra. Este año en la plaza peruana se han operado más de US$2.000.

En Standard & Poor´s mejoraron a principios de septiembre la clasificación soberana de Uruguay, lo que según Sebastián Briozzo –analista de crédito de la entidad– «refleja nuestra evaluación de que la administración macroeconómica prudente en un contexto de crecimiento económico sostenido continuará reduciendo en el mediano plazo las vulnerabilidades crediticias que todavía muestra Uruguay. Esperamos que bajo la administración del Presidente Mujica continúe un marco de políticas macroeconómicas exitosas que combine el sólido compromiso con el fortalecimiento de la estabilidad macroeconómica y el progreso gradual en la agenda de las reformas, con base en el apoyo inicialmente brindado a un experimentado equipo económico».

Fuente : La Nación