Cuatro demandas en el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) sumó Andina, una de las embotelladoras de Coca–Cola en el país. Ahora es la empresa Castel –ligada a la familia Cortés y que elabora Sorbete Letelier– la que acudió al organismo para denunciar, a su juicio, las prácticas anticompetitivas de Andina. A este recurso se suman los ya presentados por la Fiscalía Nacional Económica (FNE), Embotelladora Latinoamericana (ELSA) e Industrial Lampa (Mc Cola), acciones, eso sí, que incluían a la otra embotelladora de Coca–Cola, Embonor.

El documento señala que la demanda se funda en «la circunstancia que Andina ha llevado a cabo en forma sistemática, permanente y reiterada, una serie de actos contrarios a la libre competencia en el mercado de la producción, distribución y comercialización de bebidas de fantasía». Por ello, solicitan una multa de 20.000 UTA (alrededor de US$ 20 millones).

Y agrega que Andina «abusando de su posición dominante, ha impedido, restringido y entorpecido la adecuada competencia de Castel en el mercado».

Y agrega que Andina «abusando de su posición dominante, ha impedido, restringido y entorpecido la adecuada competencia de Castel en el mercado».
Esto, dicen, mediante prácticas como el diseño e implementación de incentivos destinados a excluir las marcas alternativas de bebidas usando el otorgamiento de «descuentos de fidelización».

También, indican que Andina realizaba fijaciones de precio de reventa de las «bebidas más emblemáticas del sistema Coca–Cola, con el objeto de producir la reducción de la competencia intra–marca y la eliminación de la legítima utilidad esperada por los establecimientos de venta, para finalmente obtener la exclusión de Castel y las demás Marcas B del mercado».

La presentación agrega que las prácticas de Andina no sólo ha afectado la producción o comercialización de bebidas alternativas sino que, además, «han lesionado a todos los agentes que participan en el mercado, incluyendo a los consumidores».

Fuente : Estrategia