A tanto ha llegado el gusto por la comida peruana que ya hay supermercados que venden ají amarillo, rocoto, quínoa, congelados de yuca, maracuyá y empanadas de ají de gallina.

La oferta no se quedó en el centro, subió hasta La Dehesa. Guillermo Jarufe, el primero que se arriesgó a traer productos desde Perú con su marca Sabor Peruano, ya tiene tres minimercados Amerindia en los que vende productos importados desde Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia y Brasil.

«Como Sabor Peruano abastecemos a restaurantes, supermercados y mayoristas y nos faltaba llegar al público directamente con un mix más amplio que los supermercados», cuenta.

Él llegó a Chile en 1990 y diez años después comenzó a importar Inka Cola, chicha morada, choclo, yuca, ají amarillo y cebolla morada para los restaurantes. En 13 años ha formado un conglomerado de empresas: tiene una planta distribuidora y envasadora en el parque industrial Lo Bosa, la inmobiliaria e importadora Corihuasi, distribuidora Sabor Peruano y transportes El Chasqui. Hoy importa entre US$ 250 mil y US$ 300 mil mensuales promedio, unos 15 contenedores con 250 productos distintos, de sus dos marcas Sabor Peruano y Amerindia, y otros de terceros.

«Crecemos año a año a un ritmo de dos dígitos, se han instalado al menos unos 150 restaurantes peruanos», dice Jarufe. Además, en sus tiendas venden a chilenos y nanas peruanas que van a elegir lo que necesitan para cocinar. A ellas les quiere levantar un monumento en agradecimiento por expandir su cultura en nuestro país.

Fuente : El Mercurio