En una mesa redonda que organizó el Círculo de Márketing de Icare, se analizó ayer en CasaPiedra al denominado «Consumidor emergente», aquellas personas y familias que se sitúan en la letras C3 y D para efectos demográfico–comerciales.

Si las contamos, son el 60% población; 2,5 millones de familias, que tienen un ingreso promedio de 400 mil pesos mensuales y que en conjunto consumen anualmente 40 mil millones de dólares, según los datos que entregó George Lever, gerente de estudios de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS).

De acuerdo a lo expuesto, ese tildado «consumidor emergente», ya emergió hace rato, incluso se cuestionó que exista. «Probablemente no», dijo Paula Loyola, gerenta de márketing de La Polar. «Las definiciones quedan obsoletas pronto. Ahora aspiraciones y gustos pueden ser transversalmente compartidos; el buen gusto ha dejado de ser patrimonio de una elite y ahora la tecnología empareja a todos los segmentos», agregó.

María Elena Wood, directora de programación de TVN, recalcó que desde hace décadas la industria de la televisión compite por este segmento, que consume en promedio tres horas y media al día de televisión. No es nuevo, ni homogéneo; reclama por sus derechos; no quiere ser objeto de asistencialismo, pero sí de inclusión, dijo. Busca calidad y también sus gustos son parecidos a los de segmentos más altos, incluyendo lo que ven en la tele (ver cuadro), según Wood.

«Son las claves que están en nuestra pantalla y que nos conecta con los Garay, los Soto y los Morales…y también con los Larraín, Délano, Parodi o Matte», concluyó.

Fuente : Las Últimas Noticias