En dos semanas más, el Banco Central dará a conocer el nuevo diseño de los billetes de circulación nacional, una renovación que forma parte de las celebraciones del Bicentenario patrio, y que contempla el cambio de tamaño –para diferenciar las denominaciones, como el euro– y de los materiales con que se elaboran los medios de pago. Hasta ahora, sólo el de $ 2.000 se fabrica a partir de polímero.

Según confirmaron fuentes oficiales, el próximo 18 de agosto se presentarían los nuevos billetes y comenzaría gradualmente su circulación. Aunque no se cambiarán las figuras históricas –como la imagen de Gabriela Mistral en el de $ 5.000 o Arturo Prat en el de $ 10.000–se realizarán pequeños «retoques» para modernizar el dibujo.

El primero en circular, durante el segundo semestre, será el de $ 5.000 y la renovación total culminará en 2011. En diciembre pasado, el Banco Central informó que «los nuevos billetes, que serán puestos en circulación de manera secuencial, durante un período de aproximadamente dos años, mantendrán las denominaciones y los personajes actuales, pero tendrán distinto tamaño para facilitar su reconocimiento por parte del público en general y, especialmente, de las personas con discapacidad visual».

Varias empresas –locales e internacionales– participarían en la fabricación de los nuevos billetes, como la Casa de Moneda, la alemana Giesecke Amp, y la sueca Crane. Además, según consta en los contratos del Banco Central, el Banco de México (emisor azteca) tiene un convenio de asesoría en monedas y billetes con la institución chilena.

En el país circulan más de 500 millones de billetes, siendo el más predominante el de $ 10.000, con 206 millones de unidades.

Ejecutivo insistiría por monedas

El proyecto de renovación Bicentenario del Banco Central también incluye el lanzamiento de dos nuevas monedas (de $20 y $200), que serían en 94% de acero.

Varios parlamentarios –entre ellos, el senador Carlos Ominami (ex PS) y el diputado DC Pablo Lorenzini – exigieron que los nuevos cospeles contengan cobre en su elaboración, dado el carácter simbólico para el país del metal rojo. Además, alegan que según la configuración elaborada por el instituto emisor, sólo una empresa canadiense está capacitada para fabricar las monedas, dejando automáticamente afuera de la licitación a la Casa de Moneda y a una empresa de Quilpué.

De hecho, la ley que ingresó el Ejecutivo para aprobar la creación de las monedas (el gobierno presenta la legislación pese a que sólo el Banco Central tiene potestad en materia de medios de pago), fue rechazada la semana pasada en la comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.

Fuentes de gobierno señalaron que se insistiría con el proyecto votándolo directamente en la sala de la Cámara y buscando acuerdo con los diputados para flexibilizar las posiciones. Sin embargo, varios parlamentarios aseguraron que el rechazo en la comisión –que tuvo votos de la Concertación y la Alianza– se repetirá en la sala si no se asegura que las nuevas monedas contendrán un alto porcentaje de cobre.

Fuente : La Segunda