Talca y Concepción recuperan el 90% de su comercio y existe dinamismo en la construcción
Los saqueos en Concepción y el masivo desplome de locales comerciales en Talca fueron dos de los efectos del 27–F que dejaron en delicado estado al comercio de los centros de las capitales del Biobío y del Maule. Pero a dos años del terremoto, el 90% de esta actividad está recuperada, estiman las cámaras del rubro de ambas ciudades.
La reactivación del sector se logró gracias a la reconstrucción de la infraestructura que se vino al suelo con los 8,8° Richter. En Talca esto fue aún más patente. Por ejemplo, en la céntrica calle 1 Sur, el adobe arrumbado dio paso a edificaciones más sólidas y veredas más amplias en algunas cuadras, dice Fernando Jiménez, presidente de la cámara de comercio local.
Allí, el 70% de los antiguos locales comerciales que cayeron fueron reemplazados y ocupados por entidades bancarias, cadenas de farmacias y empresas de telefonía. Del 30% restante se hicieron cargo los comerciantes locales, que ahora incluso arriendan espacios de 140 m2 en $1 millón 500 mil, el doble que antes del 27–F. En esta arteria se instalaron además siete importadoras chinas, inexistentes antes del sismo.
En el centro de Concepción también hubo cambios. Si bien aquí el desplome de infraestructura no fue de la magnitud de Talca, dos esquinas emblemáticas del cruce de las calles Barros Arana con Rengo debieron ser demolidas. Allí se alza hoy un edificio de seis pisos de una multitienda, y frente a éste una farmacia.
«El comercio grande aprovechó los terrenos y construyó rápido. Para los chicos fue más lento, pero fuimos muy apoyados por nuestros clientes, que pese al mal estado de calles y veredas nos prefirieron», cuenta María Zulema Abarzúa, presidenta de la cámara de comercio penquista.
En ese tiempo caminar por el centro no era fácil. Los adocretos que no hizo saltar el terremoto fueron removidos para reponer los servicios de agua o gas. Incluso se desarmaron veredas recién terminadas en un programa de renovación que culminó días antes del terremoto. Hoy ya se han cambiado 30 mil m2, y reponer colectores de aguas y calles costó $6 mil millones.
Oportunidad
La destrucción en el centro de Talca dejó 90 ha de sitios eriazos. Casi cinco veces más que en Concepción (19 ha), donde las construcciones eran más resistentes tras el terremoto de 1960.
«En los próximos cuatro años, para Talca se vislumbra un constante desarrollo inmobiliario que tiene su origen en el 27–F», proyecta Marcelo Castillo, gerente del segundo mall que tendrá la ciudad. Es la mayor inversión privada posterremoto: US$ 40 millones, 38 mil m2 en nueve pisos, 100 locales comerciales y 600 empleos generará cuando abra en agosto. Tendrá hasta un supermercado y un centro de salud.
Este dinamismo en la construcción también existe en Concepción. La recaudación por permisos de construcción llegó a $1.272.078.063 en 2011, casi el doble de los $597.343.508 de 2010, o los $709.471.541 de 2009, cuando no había efecto terremoto.
Aún así, desde la cámara de la construcción local estiman que la recuperación del casco urbano de Concepción pudo ser mayor de no haber subido los costos por construir. Los sitios están más caros, los obreros cobran más ante la escasez de mano de obra y las normas sísmicas cambiaron, explica Mario Seguel, presidente de dicha entidad gremial.
La misma inquietud hay en Talca, porque, pese a que aún quedan muchos sitios baldíos en sectores adyacentes a la calle 1 Sur, el alto precio aleja a los inversionistas. Y es que si antes el m2 costaba siete UF, hoy vale 20 UF.
Fuente : El Mercurio