Incorporar elementos diferenciadores que permitan a las empresas nacionales garantizar la exportación sustentable de sus productos es uno de los mayores desafíos que ProChile se ha propuesto concretar en el corto plazo.

Y para ello, la entidad gubernamental ha promovido una serie de iniciativas que no sólo instan a los sectores productivos a implementar políticas medioambientales que ayuden a mejorar su competitividad, sino también a posicionar al país como un referente internacional en esta materia.

«En los mercados internacionales el cuidado del medio ambiente cobra cada vez mayor fuerza y dinamismo, y por ello creemos que el sector exportador chileno debe incorporar estos temas en sus sistemas de gestión e implementar políticas de sustentabilidad que le permitan reducir sus emisiones, ya que eso le dará mayor valor a las empresas y al país, y además será una variable distintiva y diferenciadora en el extranjero», dice Paola Conca, jefa del Subdepartamento de Comercio Sustentable de ProChile.

Bajo esta premisa, en 2010 el organismo elaboró el estudio «Huella de Carbono» que permitió desarrollar una metodología de medición de CO2 en las exportaciones de productos alimenticios como aceite de oliva, vinos y carnes, y durante este año neutralizó sus últimas siete participaciones en ferias internacionales de vinos y alimentos. Asimismo, impulsó una campaña interna de sustentabilidad y reducción de gases de efecto invernadero (GEI) y puso a disposición de las pequeñas y medianas empresas exportadoras una guía de huella de CO2 que busca orientarlas en sus primeras contabilizaciones de GEI en toda su cadena de valor.

«Las empresas deben entender que promover la sustentabilidad es un buen negocio para ellas, para la sociedad y para el entorno, y que si la incorporan a sus procesos productivos pueden reducir sus costos, mejorar su rentabilidad y ser reconocidas por los mercados internacionales», destaca Conca.

Fuente : El Diario Financiero