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«Es evidente que la normativa debe ser revisada a la luz de estos acontecimientos»

«Es evidente que la normativa debe ser revisada a la luz de estos acontecimientos»
13 junio, 2011

Una agenda intensa ha tenido el titular de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), Carlos Budnevich, desde que el jueves pasado estalló el escándalo de la multitienda La Polar.

De hecho, el mismo día se reunió con los principales ejecutivos de la multitienda, pese a que su campo de acción regulatoria tiene una incidencia tangencial con el caso, ya que la SBIF sólo vela por el correcto funcionamiento de los pagos de los emisores de tarjetas de crédito, como es el caso de La Polar.

–Usted se reunió el jueves con altos ejecutivos de La Polar. ¿Qué explicaciones le dieron?

«Si, efectivamente me reuní con ellos el día en que la empresa publicó el hecho esencial. Las explicaciones entregadas, básicamente reflejan lo indicado en el hecho esencial comunicado a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS). El conjunto de antecedentes contenidos en el hecho esencial, más otros datos que permitirán a la SBIF continuar monitoreando e investigando esta situación desde nuestro ámbito de competencias».

–¿Qué responsabilidad tiene la SBIF en no haber detectado este escándalo?

«El rol de la SBIF es fiscalizar el cumplimiento de las disposiciones de carácter regulatorio dictadas por el Banco Central, cuyo objeto es velar por el normal funcionamiento de los pagos de los emisores de tarjetas de crédito. Esto es, que los pagos realizados con las tarjetas de crédito en comercios distintos a La Polar –y las respectivas obligaciones de pago del emisor de las tarjetas con dichos comercios– operen con normalidad. Por ello, el foco exclusivo de la fiscalización de esta superintendencia es la empresa emisora de tarjetas de crédito (Inversiones SCG S.A.), que es una sociedad filial de Empresas La Polar S.A. y que no emite instrumentos de oferta pública».

–¿Qué tan profundo puede ser el efecto de la crisis de La Polar en la cadena de pagos de la economía?

«En este caso, nada indica que se haya interrumpido la cadena de pagos por este hecho. La SBIF continuará monitoreando el fiel cumplimiento de las normas dictadas por el Banco Central».

–¿No les llamó la atención que la deuda promedio de los tarjeta habientes de La Polar, fuera cuatro o cinco veces más alta que la de otras compañías de la competencia?

«Fiscalizar a un banco es muy distinto a fiscalizar a un emisor de tarjetas no bancario. Las atribuciones y el mandato normativo son muy diferentes. En el caso de los bancos, la SBIF los fiscaliza directamente y en terreno, al menos una vez al año. Evaluamos constantemente su gestión y solvencia, particularmente la constitución de adecuados niveles de provisiones como resguardos frente a las pérdidas esperadas en sus carteras crediticias. De acuerdo con la regulación del Banco Central, en el caso de los emisores de tarjetas de crédito no bancarias, la fiscalización es delegada a los auditores externos que deben verificar el cumplimiento de las normas del instituto emisor, cuyo objeto es el normal funcionamiento de los pagos. Y éstas son, como ya señalé, que las obligaciones de pago con comercios no relacionados se cumplan de manera fiel y oportunamente».

–Con la información obtenida hasta ahora, ¿qué fue lo que falló entre las distintas instituciones –como ejecutivos, directorios, auditoras, clasificadores de riesgo y reguladores–, para que no se detectara antes esta crisis?

«En primer lugar, es importante indicar que la institucionalidad de Chile establece que el mercado de los oferentes de crédito es un mercado libre y que en el caso de los emisores de tarjetas no bancarias, lo que se cautela es el normal funcionamiento del sistema de pago. Ello, a la postre, ha llevado a delegar importantes grados de autorregulación a los actores privados del mercado. Es aún prematuro para asignar cuotas de responsabilidad de los distintos actores del sector tales como la administración, el directorio, los auditores externos, pero sin duda que hubo fallas. Precisamente, eso es lo que se está investigando».

–¿Hay riesgo que otra cadena de multitiendas esté incubando una situación similar?

«Este es un caso con características muy especiales. Nuestro sistema financiero exhibe un alto nivel de solvencia».

–¿Cree que es indispensable legislar por un proyecto de consolidación de la deuda comercial de las personas?

«Cada vez se hace mas necesario disponer de mayor y mejor información. Las tasas de interés determinadas por un mercado del crédito con información incompleta, generan una menor participación de los deudores potenciales de menor riesgo. Así, proyectos rentables de bajo riesgo tienen menos disponibilidad de financiamiento. Con información adecuada, las tasas de interés se determinan en función del riesgo de cada deudor y no en función del riesgo promedio de la cartera de créditos, que es lo que hoy tenemos y que perjudica a los buenos deudores que cumplen con sus compromisos. Además, mayor y mejor información mitiga los problemas de asimetrías de información, facilitan el acceso de personas y pymes al financiamiento, y reducen el riesgo de sobreendeudamiento y las tasas de incumplimiento en la economía».

–¿Cree necesario aumentar las atribuciones de la SBIF para que las multitiendas provisionen igual que los bancos, y que les entreguen la misma información a la entidad regulatoria que usted lidera?

«Para tomar las mejores medidas hay que llegar a un diagnóstico acabado. Lo que ocurrió en este caso está bajo investigación y debe dilucidarse a fin de sacar las lecciones necesarias. Pero es evidente que la normativa debe ser revisada a la luz de estos acontecimientos».

Fuente : El Mercurio