El incremento en el pasaje del transporte público se dejaría sentir en el IPC del próximo mes. Así lo prevén diversos economistas consultados por ESTRATEGIA, quienes esperan un avance cercano al 0,2% para junio, y marginalmente superior para julio y agosto.

Alejandro Puente, de BBVA, considera que durante junio se ha corregido levemente a la baja el cálculo de inflación entre los agentes. Sin embargo, consigna que «tenemos un sesgo al alza por el ajuste en el transporte, lo que repercutirá en julio, ya que las mediciones se toman el día 15 de cada mes. En general, nos parece que el nivel de precios ha estado relativamente contenido, pese al notable aumento del gasto. En el corto plazo, creemos que seguirá así dado el comportamiento en los combustibles», lo que compensaría factores como el Transantiago y la subida en los cigarrillos.

Para Cristóbal Doberti, de Bice Inversiones, será fundamental la presión del cierre de holguras sobre el IPC subyacente, lo que explicaría parte del ascenso de 3,8% a diciembre previsto en la víspera por el Banco Central. Eso sí, consigna, dicho pronóstico incorpora al efecto de la demanda, las modificaciones tributarias como la del tabaco y lo que está ocurriendo con el transporte público.

El economista Alejandro Alarcón estima un aumento inflacionario 6 puntos inferior al expuesto por la autoridad monetaria para este ejercicio, ya que –según advierte– el evidente dinamismo del consumo y de la inversión no debiera implicar un repunte sustantivo en el guarismo de análisis.

Tanto Matías Madrid, de Banco Penta, como Nicolás Birkner, de Corp Research, esperan que la corrección en el valor de los cigarrillos sea un componente relevante en el IPC, no obstante el repliegue en las bencinas tendería neutralizar dicho efecto. Este último agente añade que en julio se detectan factores estacionales que afectan las los alimentos perecibles, lo que se verá potenciado por las tarifas del Transantiago.

Fuente : Estrategia