No fue fácil para Felipe Irarrázabal Philippi (43 años) asumir el mando de la Fiscalía Nacional Económica (FNE). Dice que perderá la comodidad de su estudio y deberá enfrentar malos ratos. Pero también dice que lo mueve la vocación pública, igual que a sus dos abuelos, ambos ex ministros de los gobiernos de Jorge Alessandri y Gabriel González Videla.

A tres semanas de asumir, Irarrázabal tomó una serie de decisiones. Creó un instructivo para manejar conflictos de interés en la fiscalía, se inhabilitó en 10 casos en los que antes tuvo alguna injerencia y vendió su participación en el estudio Philippi, Yrarrázaval, Pulido & Brunner.

Además, ya definió un plan de trabajo que buscará elevar la eficacia y eficencia de la FNE, organismo que puede, dice, mejorar su tasa de éxito en los casos que lleva al Tribunal de la Libre Competencia. «Creo que uno podría mejorar en mayor rigurosidad, ser más incisivo y eso requiere planificación y no centrarse en incendios específicos», sostiene.

Unidades y guías

Irarrázabal afirma que será más proactivo en las investigaciones. La FNE recibió en 2009 más de 120 situaciones de investigación, acogió la mitad e inició de oficio sólo 15. En promedio, cada proceso tardó 11 meses y costó $ 30 millones, detalla. «Uno debiera hacer un análisis más costo–beneficio y elegir aquellas situaciones donde haya un alto impacto en sustituibilidad del bien o servicio», explica.

También anuncia otros cambios: pretende potenciar el grupo de economistas con econometristas y promoverá especializaciones en derecho constitucional, administrativo y penal. El jueves tomó otra determinación: crear una unidad anticarteles. «Voy a destinar recursos especiales respecto de esa unidad», cuenta. Para ello, el fiscal revisará el organigrama de la institución y destinará a unos cuatro profesionales a esas labores. Esa unidad tendrá poderes, atribuciones y tiempo para estudiar, agrega. «Que sepa lo que está pasando afuera y que conozca y esté conectado con los mercados en que esto pueda ocurrir, que son mercados donde existen dos o más competidores y relativas bajas barreras de entrada», dice.

Otro de los principios que Irarrázabal plantea es la necesidad de dotar de certidumbre al mercado. «La certidumbre es clave para los hombres de negocio y para un contexto más preventivo, para la toma de decisiones. Voy a analizar cuáles son las conductas que pueden tener cierta reprochabilidad», explica. Irarrázabal pretende tener listas varias de esas guías hacia fines del segundo semestre. «Estratégicamente tengo que ver con cuáles empezar, pero tengo unos 4 ó 5 candidatos de situaciones que podrían traducirse en guías», detalla.

Diez casos

El 9 de abril, Felipe Irarrázabal firmó resoluciones que agregó a 10 expedientes. El nuevo fiscal se inhabilitó de cinco causas en tramitación, pues representó o patrocinó antes a alguna de las partes: Achap, Bertonati, Tabacos, John Malone y el Grupo Prisa. ¿Cuál será el efecto? «Yo no soy el fiscal nacional económico en esas causas», responde. También se inhabilitó de cinco investigaciones, una de las cuales busca determinar si Cencosud cumplió sus pactos anteriores con los proveedores. Irarrázabal fue abogado del retailer. Todos esos casos los verá el subfiscal Jaime Barahona, como fiscal nacional titular.

Esos 10 casos, afirma Irarrázabal, representan sólo el 8% de las 115 investigaciones o causas en curso. «No estoy perdiendo capacidad para actuar», concluye el abogado, quien defiende su arribo a la FNE pese a lo que define como un conflicto de roles más que de intereses. «Uno debe encontrar el modo de poder lidiar con eso para que parte de la inteligencia del mundo privado pueda traspasarse al mundo público».

Para resolver las inhabilidades, el nuevo fiscal emitió esta semana un instructivo que normará estos casos. El funcionario que se inhabilite no podrá participar en reuniones internas ni audiencias y se le negará el acceso computacional con información de los casos en que se abstuvo.

Fuente : La Tercera