EL POPULISMO es buscar respuestas a las necesidades de la sociedad a fin de obtener popularidad–votos, esto sin importar si las leyes propuestas tienen o no la capacidad de solucionar necesidades de la ciudadanía. Las medidas populistas tienen un impacto comunicacional positivo en la búsqueda de votos en el corto plazo, mientras que provocan efectos perjudiciales en el largo plazo.

Es decir, como dice el famoso refrán «Pan para hoy y hambre para mañana». Un claro ejemplo de populismo, en su plena expresión, es el proyecto de ley que busca que los estacionamientos sean gratuitos (boletín 9729–03) que se encuentra en segundo trámite en el Congreso. La iniciativa establece la gratuidad hasta por dos horas y media cuando el consumidor realiza compras en centros comerciales, strip centers, supermercados, clínicas y otros similares. Como todo lo populista, la medida es atractiva en el corto plazo, pero conlleva serias dificultades en el largo plazo. Veamos:

En primer lugar, la gratuidad perjudica a los consumidores, porque todos terminan pagando por esta, tanto quienes utilizan un automóvil como aquellos que no lo tienen. En un comienzo, las inmobiliarias pagan por los estacionamientos, que luego traspasan el costo a los arrendatarios, que, a su turno, lo traspasan a clientes. Es decir, se genera un enorme subsidio a los automovilistas.

En segundo lugar, la gratuidad genera falta crónica de estacionamientos y gestión ineficientes de estos. Los estacionamientos se pueden gestionar eficientemente por medio de una tarifa, lo que permite a los consumidores disminuir la búsqueda por un estacionamiento libre, reduciendo la congestión vehicular y la contaminación.

En tercer lugar, la gratuidad es una medida no amigable con el medioambiente. Los estudios muestran que 30% de la congestión vehicular se debe a automovilistas que buscan un estacionamiento libre. b En cuarto lugar, la gratuidad es regresiva, pues beneficia a sectores de más altos ingresos. El 70% de los estacionamientos públicos y privados en el Gran Santiago se ubica en las comunas de Santiago, Las Condes y Providencia.

En quinto lugar, la razón por la que los centros comerciales, supermercados, clínicas, entre otros, cobran por los estacionamientos se debe a que están ubicados en zonas con alta densidad de comercio y marcada concentración de oficinas alrededor.

En sexto lugar, los cobros por estacionamientos en dichos establecimientos siempre son los más bajos de la zona donde se ubican, porque buscan facilitar la interacción entre clientes y locatarios.

En séptimo lugar, la gratuidad perjudica el desarrollo eficiente del sistema de transporte de la ciudad. La existencia de estacionamientos gratuitos genera que las personas tengan el incentivo a utilizarlos libremente, generando rivalidad en su uso y mayor utilización del automóvil. Por lo anterior, se genera un costo social y medioambiental.

Por último, el proyecto genera dudas respecto del derecho de propiedad si puede ser limitado sin invocar la función social del mismo, genera asimetría regulatoria entre estacionamientos públicos y privados, y constituye una intervención regulatoria que afecta la libertad económica.

En síntesis, el desarrollo económico requiere que las autoridades políticas fomenten una economía libre, respeten el Estado de Derecho, mejoren la estructura pública y promuevan un clima de negocios transparente y estable. Por contraste, la incertidumbre regulatoria, con políticas públicas populistas, como la gratuidad de los estacionamientos, no hace nada más que desalentar el proceso de crecimiento, inversión y creación de empleos.

Fuente : Pulso