Según cálculos de la compañía, en los últimos 15 años, la ingesta de azúcar per cápita entre los chilenos ha descendido, desde 45 kilos al año a 40 kilos.

Con ello, Chile ya está cerca de los consumos que se están dando en países desarrollados y consolidados, cuya ingesta ronda entre los 35 a 40 kilos al año por persona.

El cambio tiene que ver con que, a diferencia de antaño, el aporte energético que da el azúcar ya no es mirado con buenos ojos por muchas personas. Por ello, Iansa se diversificó hacia endulzantes de bajas o sin calorías, categoría que producen en una nueva planta propia en Chillán (antes tercerizaban esta producción). En el negocio de endulzantes ya poseen en torno al 20% del mercado.

Lo paradójico es que pese a esta caída del consumo de azúcar, la obesidad ha seguido subiendo en Chile. Por ello, para Irarrázaval algo no calza. «Si estamos buscando que se reduzca más el consumo de azúcar para bajar los niveles de obesidad, ¿será esta tecla la correcta que hay que tocar? Yo creo que no», afirma.

Fuente : El Mercurio