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LOS SEÑORES DEL VIDRIO

LOS SEÑORES DEL VIDRIO
8 diciembre, 2013

¿Qué hace que un grupo de ejecutivos con el gen–del retail grabado a fuego, decida cambiar la ropa fancy, el aire climatizado de las oficinas corporativas y las apretadas agendas de reuniones propias de las grandes organizaciones, por una fábrica «con chimenea» que opera a full y mañanas enteras en faenas supervisando la cuadrilla que monta muros cortina en edificios en plena construcción? Es el gran cambio que asumieron los nuevos gestores de la empresa de vidrios de alta tecnología Glasstech, desde que en mayo de este año el fondo Altinum adquirió el 51% de la propiedad, operación que encabezaron Juan Benavides, ex gerente general corporativo de Falabella, y Juan Pablo Vega, ex máximo ejecutivo del grupo supermercadista SMU, ‘quienes decidieron tomar nuevos rumbos a fines de 2012.

Mientras recorre con tranquilidad los pasillos por los que vuelan, se cortan y templan cristales en una infinidad de tipos y formatos, Benavides cuenta que –aunque no mucha gente lo sepa– tuvo una trayectoria industrial antes de aterrizar en el retail. Mientras estudiaba Ingeniería Comercial en la Universidad Católica, él trabajó para la empresa familiar de plásticos Mapolen. Por eso es que ser ahora el presidente de Glasstech lo trajo de vuelta a «los fierros». Y él parece sentirse a sus anchas en este nuevo rol. Lo mismo corre para Manri7io Fronza, hoy sentado en la gerencia general de la compañía, pero que en su pasado más reciente está el haber ocupado similar puesto en la Distribuidora Rabié. Fronza –quien también pasó por McKinsey y Virtus Capital, acumulando a su paso expertise en dar recomendaciones sobre cómo hacer las cosas–, cuenta que necesitaba hacer un cambio. Ahí está, de tú a tú con los operarios, look informal, casco sobre el escritorio y zapatos de construcción muy estilosos.

A ellos se suma Juan Pablo Vega, quien pese a no estar en el día a día de la compañía, integra el grupo de inversionistas que se convirtió en el principal accionista de la firma hace siete meses, el hecho por el cual estos tres ejecutivos «criados» bajo el alero del retail, o estrechamente vinculados a esta industria en algún momento de su trayectoria, desembarcaron en esta empresa ubicada en pleno barrio industrial de Renca. Benavides y Vega se sumaron a los hermanos Marcelo y Gonzalo Larraguibel en el fondo Virtus Capital. El grupo formó al vehículo de inversión Altinum, sociedad que tomó el control de Glasstech, comprándole el control a su único dueño, Ricardo Torres, quien retuvo el 49% para él y su familia.

En paralelo, este grupo de accionistas creó el fondo Restop, a través del cual le compraron Le Fournil a BredenMaster. De ahí que cristales y harinas que han extendido sus dominios.

LOS OBJETIVOS DE LA NUEVA SOCIEDAD

«Una de las cosas que más me gusta de esta compañía es que es muy fabril, que tiene un área comercial muy potente y que presta un servicio completamente customizado, lo que significa hacer mucho trabajo en obras», cuenta Juan Benavides, donde todo en su oficina hace las veces de show room. La mesa de reuniones es de vidrio y lo mismo que las paredes divisorias de las oficinas, que hay con y sin figuras, más opacas o más claras. Y las puertas que separan los ambientes también son de este material: las hay fijas, de corredera, plegables, automáticas… En total, son 25 mil metros cuadrados repartidos en tres plantas donde los vidrios se multiplican por doquier.

Paradójicamente, el día del terremoto no fue hacia este lugar donde se dirigió Ricardo Torres apenas pudo subirse al auto. Manejó directo hacia el Centro Gabriela Mistral (GAM). Al día siguiente, la Presidenta Bachelet inauguraba el edificio reconstruido tras el incendio que lo destruyó y Glasstech había sido el proveedor de muros y techos de vidrio, cada uno de los cuales pesaba 1.100 kilos. Torres temió ver todo en el suelo, pero los daños habían sido menores. Cuando respiró con más calma, luego chequeó el puente de vidrio hecho para el Banco Santander sobre la calle Bandera. Y ahí cero problema.

Con más de 40 años de historia en la que se posicionaron fuertemente en el mercado pese a no ser fabricantes de vidrio, sino compradores de materia prima en Chile, Estados Unidos y Europa, Glasstech construyó su perfil como expertos en la elaboración de vidrios especiales utilizando las más altas tecnologías. «Si hay un hito que destacar en la historia de la empresa es que en los años 70 comenzamos a ir a ferias internacionales y ver la tecnología que imperaba en el mundo. Por esos años en Chile las máquinas eran a carbón y el vidrio se cortaba a mano», recuerda Torres.

Es esta vocación por la innovación a gran escala la que les permite desarrollar una gama que va desde termopaneles hasta cristales capaces de filtrar rayos solares, bloquear la entrada de la luz y el sonido, y una resistencia que los hace inastillables ante los impactos. Con usos múltiples como las separaciones de ambientes, techos, barandas de terrazas o cierres de piscinas, todos en diseños y colores que ofrecen una gama de alternativas que puede ser interminable.

Acaban de instalar una máquina de impresión digital de vidrios. Con una nitidez y resolución que impactan, los ejecutivos cuentan que la máquina que hay en Santiago es la número 28 del rbindo y primera de Sudamérica. Tan relevante es este tema –su ventaja competitiva, de hecho– que durante los últimos 10 años hacen entre dos y tres renovaciones de maquinaria. Estar a tono con el mundo les implica invertir en torno a los dos millones de dólares anualmente.

Es gracias a este ritmo de inversión que han formado una capacidad instalada en la que destaca una máquina robotizada para perforar, pulir y biselar, así como para optimizar el almacenamiento y traslados, junto a los dispositivos automáticos de procesamiento y hornos de última generación para la producción de cristales templados, termoendurecidos y curvos.

CRECIMIENTO A TASAS DE DOS DÍGITOS

«Mientras en Europa el consumo per cápita de vidrio es de 14 kilos al año, en Chile es de siete kilos. Por ello creemos que aún existen grandes potencialidades de crecimiento en el país. En la medida que va aumentando el ingreso per cápita de las personas, el consumo de vidrio crece en intensidad, vas invirtiendo mucho más en estética y diseño y ahí el cristal gana terreno frente a otros materiales por la cantidad de propiedades que tiene como aislación térmica, filtros de luz, etc.», explica Ricardo Torres. De hecho, las economías que se consiguen gracias a su uso están en plena coincidencia con la creciente demanda, por ejemplo, de menores gastos en aire acondicionado y calefacción, factores para los cuales logra eficiencias cercanas al 75%, destaca.

Es por esta razón, explica Juan Benavides, que la nueva administración no tiene interés aún en expandirse a nuevos mercados. «Creemos que en Chile aún hay un tremendo potencial de crecimiento». Y manteniendo total sigilo sobre los números de la compañía, sólo comenta que las ventas están creciendo a tasas de dos dígitos.

De todas formas, Benavides remarca que se trata de una industria altamente competitiva y con muchos actores fuertes. Glasstech, por cierto, está entre los punteros. Una vez más la diferenciación en innovación aparece aquí como la estrategia para marcar distancia del resto. «Se suma el que somos una marca reconocida y estamos financieramente bien parados», remata el presidente de la firma. Dos son las grandes áreas de negocio que abarca Glasstech. Un 60% corresponde a las grandes obras, fundamentalmente fachadas que, en lenguaje técnico, corresponden a los muros cortina. En este ámbito, hay una decena de edificios iconos para destacar. Las oficinas de Entel en el Parque Titanium, la fábrica de Cristalerías Chile en Llay Llay, la Clínica Alemana de La Dehesa, la escuel, de arquitectura de la U Diego Portales, el Museo de La Memoria, la estación de metro Los Dominicos y el Hotel Noi, entre un largo etcétera.

Y por estos días hacen uno de los proyectos más desafiantes: la torre de oficinas más alta de Temuco la cual, además de estar revestida completamente de vidrio, tendrá impresa en una de sus caras la imagen de una araucaria.

El 40% restante del negocio está focalizado en el retail. Por lo mismo, el trabajo aquí es estar en permanente contacto con diseñadores y arquitectos para que conozcan a fondo las potencialidades que tiene el vidrio. A este público lo atienden a través de sus sucursales distribuidas en Santiago, Viña del Mar, Concepción, Temuco y Puerto Montt.

Una muestra de lo que se puede hacer a escalas más pequeñas está en el recién inaugurado Distrito del Lujo en el Parque Arauco, donde Glasstech fabricó las vitrinas de las nuevas tiendas de las marcas Louis Vuitton, Armani, Mont Blanc y Dolce & Gabbana.

CONJUNCIÓN DE ESTILOS

Conversando con Torres, Benavides y Fronza en la misma mesa, se nota que la llegada de los nuevos socios a la empresa no ha sido a contrapelo. Razonable es que Torres necesitase de más apoyo en tiempos en que la competencia se hace más dura. Por otro lado, Benavides desde la presidencia y Fronza en la gerencia general han logrado imprimirle nuevos bríos a los 700 empleados de la compañía. El propio Torres cuenta que buscaba un socio que lo apoyara en la gestión e incorporara los códigos de una administración más moderna que, por ejemplo, introdujera indicadores de medición y mayores índices de control. Al final del día las transformaciones en el management se han dado mezclando lo mejor de la experiencia, donde Torres es un pilar fundamental por la profundidad de su conocimiento del negocio, y la sangre más joven que trae Fronza. Buena cosa si se piensa que si se avecinan años de desaceleración económica, el negocio de la construcción, y el de Glasstech por añadidura, se pueden ver afectados. Sin embargo, no se asustan. Los ejecutivos explican que tienen contratos cerrados por los próximos dos años. Esto hace pensar que si se avecinan tiempos de turbulencia, ellos podrán estar viendo la luz al final del túnel cuando esa eventual crisis o desaceleración estén en pleno apogeo. Y en esos temas, ellos tienen experiencia de sobra.

Fuente : Portafolio Retail – DF