Las tendencias que impondrá el desarrollo sustentable
EL INICIO del mes de noviembre se juntaba en Estambul el consejo de CEOs de las empresas miembros del World Busines Council for Sustainable Development – WBCSD, después de un año del lanzamiento de la Visión 2050 de la organización. La idea fue aterrizar esta visión de largo plazo del desarrollo sustentable a 2050 en un camino a 2020, con metas a concretar y acciones claras. Una vez más la organización ratifica el rol clave del sector privado en conseguir las metas de desarrollo sustentable, y no es por casualidad que la WBCSD cuente con 200 empresas miembros, la cuales suman más de 15 millones de empleados.
¿Cuáles son los temas prioritarios abarcados por la iniciativa y sobre los cuales se proponen objetivos concretos?: Cambio Climático, Agua, Alimentación, Ecosistemas, Sustancias Peligrosas, Modo de vida Sustentable, Habilidades y Empleo, Necesidades y Derechos Básicos (http://www.wbcsd.org/ac–tion2020/action2020infogra–phic.aspx#mid)
En esta línea Chile no está ajeno a las temáticas prioritarias destacadas por la iniciativa Visión 2050, pero dominan también la agenda en sustentabilidad situaciones propias del país.
A continuación algunas de estas tendencias:
El último año ha sido marcado ambientalmente por la entrada en funcionamiento de la Superintendencia del Medio Ambiente, cuyos procedimientos sancionatorios han impulsado el inicio de una nueva era en términos de gestión empresarial: la era del » Compliance Ambiental». Evaluar, diagnosticar, monitorear y mantener el cumplimiento legal ambiental ha sido la prioridad de muchas empresas este año, y requerirá evidentemente muchos esfuerzos en los próximos meses o años.
El incremento de la magnitud de las sanciones por incumplimiento ambiental ha movido significativamente los aspectos ambientales en las matrices de gestión de las compañías, y motivado la gestión proactiva y preventiva de las mismas. Hemos visto en el mercado una fuerte activación de la demanda por servicios de asesoría y auditoría en cumplimiento ambiental, y también la consolidación de un mercado laboral especializado en temas de sustentabilidad.
Por otra parte, el proceso de judicialización de los proyectos de inversión que hemos vivido en estos últimos meses, cristalizando los conflictos comunitarios en causas judiciales, traen mutaciones y transformaciones estructurales de los procesos y conceptos que se han manejado sobre evaluación de impactos ambientales y la gestión de los mismos.
Este año de oposición y discusión de los proyectos de inversión de los rubros extractivos, ha mostrado la íntima relación que existe entre los impactos ambientales y los impactos sociales. En este sentido se observa la positiva respuesta del sector privado institucionalizando la «Evaluación de Impacto Social», práctica que se debería masificar en frente de las contingencias existentes y de las incertidumbres regulatorias asociadas a la gestión comunitaria y a los derechos de los pueblos originarios. Finalmente, se observan a nivel de Chile una penetración paulatina de las prácticas ambientales y sociales a lo largo de las cadenas de valor, integrando estándares de desempeño superiores dentro de las condiciones comerciales y contractuales. Impulsado por requerimientos de mercados, reducciones de costos y/o riesgos o por gestión de la reputación corporativa, se observa en los sectores mineros, vitivinícola, retails, por ejemplo, un importante foco en la gestión ambiental y social de los socios estratégicos y proveedores clave. La emergencia de la gestión de impactos y riesgos ambientales y sociales indirectos, a través, por ejemplo, de la medición de huella de carbono y agua a lo largo del ciclo de vida de los productos y servicios, permite revelar oportunidades de optimización e innovación clave para la competitividad de las empresas.
Nuestra visión es que la internalización de las externalidades ambientales y sociales en los sistemas de gestión de las compañías, gracias a metodologías de monetización de impactos por ejemplo, es una práctica que está colonizando la gestión empresarial, aportando una visión única y respuestas clave para la innovación.
Fuente : Pulso