
Reduciendo el costo de los créditos
Suma urgencia se ha dado al proyecto que establece una nueva fórmula para fijar la Tasa Máxima Convencional (TMC), que pone tope a los intereses que se les pueden cobrar a los deudores por los créditos contraídos.
Tras casi dos años de tramitación –con varias fórmulas alternativas– hace unas semanas se anunció que se había alcanzado un acuerdo entre el Gobierno y la oposición para zanjar el tema. Sin embargo. hasta días recientes seguían ingresando indicaciones. Esta semana la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados dedicó sus sesiones a este proyecto y la próxima se espera que se despache desde esta instancia (quedaron pendientes los aspectos de implementación) hacia la sala. Luego deberá nuevamente pasar por el Senado, dados los cambios realizados. Con todo, cercanos al proceso estiman que los consensos políticos están.
Debatiendo en la desconfianza. La fijación de un precio es siempre asunto complejo. En este caso, el legislador se ve endentado a luchar contra potenciales cobros excesivos pero sin cerrar el acceso al crédito de los sectores más vulnerables, que son los más riesgosos y por ende enfrentan tasas más elevadas. Fijar un tope bajo el equilibrio implica que la industria cerrará las puertas a estos segmentos, los que quedarían a merced del sistema informal.
A esto se suma que el debate se da en un contexto de cuestionamiento a las empresas de retail y la banca tras el escándalo de La Polar. Con todo, el hecho de que, aun en este ambiente, haya quedado en evidencia la debilidad técnica de algunas propuestas, las que así terminaron cayéndose, es un punto rescatable.
Lo que rige hoy. Actualmente, en Chile el interés tiene un límite legal: la tasa no puede exceder en más de un 50% el llamado interés corriente (interés promedio cobrado por los bancos y sociedades financieras para créditos similares). El tema ha sido regulado desde 1929, pero tuvo su último cambio en 1981. En la práctica, la TMC se aplica principalmente para los créditos en mora y las tarjetas de crédito. El segmento más afectado son las deudas del tramo inferior (menores a $4,5 millones). Hoy la TMC para créditos inferiores a 200 UF esté en tomo a 50% y se ha planteado dejarla en torno al 30o 35%. Pero estudios de las propias autoridades económicas han mostrado que llevarla más abajo del 35% podría no sólo tener impacto sobre la bancarización, sino que incluso derivar en mayor concentración de la industria crediticia, ya que hay comercio centrado en los segmentos C2 y C3.
Preocupaciones del actual proyecto. Esta iniciativa plantea un cambio en la manera de calcular la tasa. Así, se propone que el actual tramo de los créditos entre 0 y 200 UF (hasta $4,5 millones), se subdivida en dos (0–50 UF y 50–200 UF) y posteriormente se aplique a éstos un factor determinado por el interés promedio del tamo siguiente (entre 200 y 5.000 UF), más un factor aditivo fijo, que represente el riesgo.
Con esto, ya no habría una fórmula única a aplicar en los distintos tramos de créditos. Pero si bien se busca proteger así a los clientes de microcréditos, tal diferenciación es en sí misma un punto de alerta: una clave de cualquier regulación exitosa es la simplicidad y claridad en sus procedimientos.
También en el ánimo de reducir los riesgos de dcsbancanzación, sc consideres una fórmula que adapta let TMC en períodos de crisis, de manera ele no sufrir una restricción del crédito en momentos complejos para la economía. Así, cuando se determine que ha existido una reducción en el acceso al crédito –previo estudio del iNE o comunicación de les Superintendencia de Bancos–, el ministro de Hacienda podrá incrementar hasta en 2 puntos porcentuales al año la TMC. De nuevo, el punto tiene doble faz: si bien suena razonable la flexibilización para enfrentar períodos de crisis, toda intervención en un mercado supone costos cn términos de discrecionalidad y eficiencia. Por ello, son necesarios resguardos para evitar que, por razones políticas, se abuse de esta herramienta.
El momento. Esta rebaja es les TMC llega en un momento ya complejo para el escenario crediticio de sectores medios y bajos. Según la Superintendencia de Bancos, la Tasa de Interés Promedio (TiP) pares los créditos menores a UF 200 llegó a 38,14% en enero, 230 puntos base por sobre la registrada en el mismo mes de 2012. Se ha restringido cl crédito (en hasta US$ 500 millones en el caso de la banca en los últimos meses) por el riesgo, dicen los analistas. Yen les industria se señala que los créditos hasta $500 mil , que hoy tienen tasas de 50% en algunos casos, no son atractivos ni con ese nivel de interés, por los altos costos de evaluación y cobro.
Lo que no se ha dicho. Frente a estas discusiones resulta fundamental entender que la asimetría de información es un problemas central (y sin embargo poco abordado) que afectes la competencia en les industria financiera. Varios estadios han demostrado que gran parte de los chilenos se embarca en préstamos sin saber sus costos con antelación (por ejemplo, en les Encuesta Financiera de Hogares de 2007, una pregunta descubrió que 8 de cada 10 deudores pertenecientes al 80% de menores ingresos no conocía la tases de interés de su propio crédito). De ahí que iniciativas como el Sernac Financiero y las normas que uniforman la información sobre el costo del préstamo pueden jugar un rol funcíanncntal ct1 la protección de los consumidores. Por lo mismo, la llamada educación financiera debiera ser un norte en las políticas futuras en este ámbito.
En cuanto al proyecto en cuestión, es de esperar que el buen criterio, y no el voluntarismo de bajar la tasa a toda costa, prime en lo que queda del debate, de modo que una reducción excesiva no termine afectando a quienes se quiere proteger.
Fuente : La Segunda