Los factores que llevaron a la crisis de la Distribuidora Rabié
Un repaso por la historia de la firma da cuenta del fuerte impacto que significó el crecimiento del retail.
En estos días debiera concluir el due diligence (auditoría) que permitirá conocer el real estado financiero de Distribuidora Rabié, la mayor empresa chillaneja de la historia.
Esta acción forma parte de las condiciones establecidas en el acuerdo suscrito el 17 de enero entre Rabié y el grupo Said Handal, para que este último ingrese a la propiedad de la compañía a través de un aumento de capital, dentro del primer trimestre de este año.
Se especula que esta operación dejará a Said Handal con el control de la firma chillaneja, que actualmente tiene una participación de mercado del 40% en el rubro de distribución mayorista de abarrotes y artículos de aseo entre Arica y Chiloé, lo que la convierte en el principal actor, seguido por Adelco, de Jürgen Paulmann.
Al menos, así lo dejó claro Arturo Ricke, gerente general del Grupo Said Handal, en una entrevista a Diario Financiero el pasado 25 de enero, en que sostuvo que si bien el porcentaje que adquirirán depende del due diligence, «definitivamente tendremos el control en caso de concretarse la operación».
Y lo dijo en condicional, pues los Said Handal establecieron ciertas condiciones para ingresar a la propiedad de Rabié, pues además del due diligence, el acuerdo está sujeto a la reprogramación de los pasivos financieros y a que Rabié finiquite previamente su relación con Virtus Partners, la consultora de los hermanos Larraguibel, que a juicio de los Said, llevó a la compañía a la compleja situación que hoy atraviesa.
Al menos, públicamente no se habla de porcentajes, pero según trascendió, en el proceso de negociaciones entre Rabié y los Said Handal, la propuesta de los chillanejos era vender el 49%, mientras que los Said Handal pretendían hacerse con el 60%.
Historia
En 1902, Nicolás Rabié fundó Casa Rabié, en Chillán. En 1925 ya tenía una oficina en París, la que le enviaba telas desde Francia, Italia, Inglaterra y China. Con esto estableció un sistema de distribución a puntos clave del sur y norte del país, por lo que en los años 30, Casa Rabié era ya la empresa comercial más grande de Chillán y con alcance nacional.
En 1939, el terremoto destruyó las instalaciones, pero rápidamente se inició la reconstrucción. Ese mismo año entró en la empresa Jorge Rabié, hijo de Nicolás y su sucesor en el liderazgo de la empresa. Él fue quien, sabiendo que Chile seguía siendo vulnerable a los vaivenes económicos de los países ricos (la crisis mundial de 1929 golpeó duramente a Chile en los años treinta), decidió diversificar el negocio.
A partir de los años sesenta la firma comenzó a experimentar un gran crecimiento, hasta que en 1980 crean Distribuidora Rabié, orientado a abastecer el comercio detallista del país, proceso en el que participaron los hijos de Jorge Rabié: Esteban y Jorge.
Los años siguientes se caracterizaron por la fuerte expansión, con la puesta en marcha de un centro de distribución en Santiago, en 1992; la construcción de Mall Plaza El Roble, en Chillán, en 1996; la instalación del nuevo centro de distribución en Chillán Viejo, en la Ruta 5, en 1999; y la inauguración de otro centro de distribución en Antofagasta, en 2002, para cubrir el norte del país.
La competencia
Para entender la crisis financiera que vive hoy la empresa, es necesario analizar el fenómeno del crecimiento del retail en el país, como uno de los factores que afectaron el desempeño de Rabié.
Si bien el retail no constituye una competencia directa para la empresa de distribución, sí lo es de manera indirecta, puesto que el avance de la industria supermercadista en el país fue minando el crecimiento de los almacenes, que han sido históricamente los principales clientes de Rabié.
La dura competencia entre los principales actores del mercado supermercadista, que hoy está en manos de tres principales grupos (Walmart D&S, Cencosud y SMU) los ha llevado a multiplicar el número de locales en el país con una guerra de precios que hace insostenible la competencia por parte de los más pequeños. Una de las consecuencias más visibles ha sido la desparición de los operadores medianos y pequeños y la concentración del mercado.
Por otro lado, la industria supermercadista ha desarrollado el formato de supermercados mayoristas, que si bien no ofrecen el servicio de distribución «a la puerta» que sí tiene Rabié, representa una competencia directa, puesto que apunta al mismo público: los almaceneros.
El presidente de la Cámara de Comercio de Chillán, Alejandro Lama, quien vivió de cerca los cambios en el mercado, pues fue gerente del desaparecido supermercado Casa Rabié (hoy Unimarc), comentó que este proceso de crecimiento de la industria supermercadista y la aparición de los mayoristas tuvo un fuerte impacto para la firma, que acusó el golpe y respondió con la creación de los recordados Punto Rabié en 2009.
En esos años, específicamente en 2007, Rabié vendió a Parque Arauco el Mall Plaza El Roble.
Punto Rabié
Si bien es fácil ser general después de la batalla, con la perspectiva de los años es posible ver que la creación de los Punto Rabié no fue la mejor decisión.
Los almaceneros estaban dispuestos a buscar un mejor precio, a costa de perder la comodidad del servicio de despacho que ofrecía Distribuidora Rabié y otras empresas similares, razón por la cual los supermercados mayoristas han tenido tanto éxito.
A ello se debe agregar la fuerte inversión que ha habido detrás de este avance, pues son grandes conglomerados los que están detrás de marcas como Alvi, MaxiAhorro y Acuenta, entre otros. «Tienen grandes espaldas financieras, incluso internacionales, como el caso de WalMart, lo que les ha permitido expandirse rápidamente en el país», explicó Lama.
Frente a ello, los Punto Rabié fueron una respuesta concreta para esta competencia. Se trataba de 26 locales ubicados en distintos puntos del país que tenían un mesón de atención a público y una bodega, sin embargo, en la práctica, también competían con la Distribuidora, y con precios más económicos.
Este diagnóstico fue compartido en 2011 por la consultora Virtus Partners, de propiedad de Marcelo y Gonzalo Larraguibel, contratada por Rabié aquel año para realizar una reestructuración del modelo de negocios y de temas internos. Una de las medidas recomendadas fue cerrar los 26 locales para focalizar el negocio en el giro principal: almacenes, el canal mayorista que trabaja con los supermercados regionales y reparto a instituciones, como casinos y hoteles. Y así se hizo ese mismo año.
El terremoto
El terremoto de febrero de 2010 marcó un hito para la firma: se destruyó el centro de distribución en Chillán, con el que atienden al 40% de sus 45.000 clientes.
«Tuvimos un remezón muy fuerte. Entre un sábado y un lunes nos quedamos sin el centro de distribución y sin nuestras oficinas centrales (…). Logramos levantarnos y seguir atendiendo a nuestros clientes, lo cual fue un logro tremendo. Pero también fue a costos muy altos y generó un daño a la organización, y por eso decidimos reestructurarnos», relató Jorge Rabié, presidente de la compañía, a Diario La Tercera el 15 de julio de 2012.
Aquel 27 de febrero, el fuerte movimiento causó la caída de grandes focos que operaban a altas temperaturas al interior del centro de distribución chillanejo, las que al entrar en contacto con material combustible, provocaron un incendio que consumió el recinto.
A partir de ese momento y pese a la reconstrucción de la bodega, los números no han sido favorables para Rabié, que cambió parte de sus instalaciones administrativas a Santiago.
Si bien no se conocen los pasivos financieros de Rabié, un hecho revelador lo constituye su relación con los proveedores, con quienes el crédito se habría suspendido, y como consecuencia de ello, se estarían registrando problemas de stock.
Sólo el resultado del due diligence determinará en qué condiciones se realizará la transacción que entregará el control de la firma al grupo Said Handal y cómo se reprogramarán los pasivos financieros. Una vez definidos esos aspectos, la empresa definirá un nuevo plan de gestión para enfrentar los desafíos de un mercado que continúa cambiando.
Fuente : La Discusión –Chillán