Comercio en Buenos Aires raciona productos tras congelamiento de precios
«Máximo dos kilos de azúcar por grupo familia»… «El aceite tiene un máximo de 3 litros por compra».
Así rezaban hoy los diversos carteles puestos en las góndolas de supermercados argentinos al arrancar el congelamiento de precios dictado por el gobierno de Cristina Fernández .
Además del racionamiento en las ventas de productos, los argentinos se encontraron con serios problemas de desabastecimiento y diferencias de precio, después que el Ejecutivo acordara con los grandes almacenes congelar los valores durante un periodo de dos meses.
La medida fue acatada por Coto, Carrefour, Jumbo, Disco, Libertad, Vea y Aurora, entre otros, que forman parte de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) y representan el 70 por ciento de la facturación total del sector.
No obstante, el debut de la iniciativa antiinflacionaria no ha sido bien recibida por los consumidores ni las ONG que los representa.
El arranque del congelamiento de precios llegó a las góndolas de los supermercados con algunos faltantes, según consigna el diario argentino Clarín.
La ausencia de azúcar y aceite en los escaparates son notorios en algunos supermercados. Además en ambas categorías no se consiguen todas las marcas disponibles y hay un límite de dos paquetes o botellas por persona o grupo familiar, dependiendo de la cadena.
Desde ayer se comenzó a registrar la escasez de productos: «Ya no había más paquetes de azúcar de precios bajos y medios en distintos locales de supermercados ubicados en Barracas (sur de la ciudad) y Tigre (conurbano norte)», según constató Clarín.
El diario bonaerense detalla que si bien el precio del aceite de girasol es más homogéneo, en la mayoría de las sucursales era complicado encontrar todas las marcas disponibles y regía un tope de dos unidades como máximo por persona o grupo familiar.
A estos productos agotados se suman la carne envasada, leche entera y choclo en lata, que fueron reemplazados con los productos más caros (que se ubican por arriba de los $ 7) en las respectivas góndolas.
«La gente dónde va encontrando, va comprando»
La argentina Juana Chinchilla (37), quien llegó a Buenos Aires hace dos semanas buscando trabajo, cuenta a La Segunda que tanto ella como sus cercanos se ha visto afectada por las escasez de productos.
«Las familias argentinas se las han tenido que arreglar para manejarse en el «horrorífico» desabastecimiento», señala.
Relata que en el supermercado que habitualmente visita está faltando azúcar, hierba mate y aceite, y precisa el de oliva es carísimo: «¡Te sale arriba de los 35 pesos argentinos!. Una familia tipo, una señora que tienen que cocinar para dos hijos todos los días, no podrá cocinar con aceite de oliva porque no alcanza, tienen que buscar algo a un precio más barato», explica.
Comenta que todos los días suben los precios: «Ayer, por ejemplo, no había azúcar. Antes, el kilo de azúcar estaba a siete pesos y, al otro día: ¡Bang, te sale diez pesos! Son tres pesos de diferencia», recalca.
A su juicio el principal problema al que se enfrentan las familias es la limitación de productos específicos, medida impulsada por las cadenas de supermercados para combatir el desabastecimiento. «Para el aceite son no más de un litro por familia. Azúcar, no más de dos kilos, por compra», detalla. Y denuncia que en muchos supermercados guardan la mercadería en un depósito: «No la sacan porque los proveedores van aumentando el valor de los productos, eso explica la escasez de productos.¡Un horror!».Te congelan los precios, pero no te ponen la mercadería en la góndola», dice.
Chinchilla dice que ante la escasez la gente recorre distintos supermercados comparando precios y «dónde va encontrando, va comprando».
Por ahora Chinchilla encontró una salida en supermercados alternativos, que le permiten mantener un cierto nivel de calidad por el precio. «Acá se están usando mucho los mercados chinos. Están más o menos baratos, pero por ahí la calidad no es a lo que están acostumbrados. Yo voy para allá. Queda un poco lejos, pero te pegas el pique para hacer una diferencia que, quizás no es mucha, pero es una diferencia».
En la localidad de Catriel, provincia de Río Negro, la cosa es diferente. Angel Retro (46), que trabaja en su propia radio de música en la ciudad de 30 mil habitantes, cuenta a La Segunda que en su localidad no hay aún desabastecimiento, pero si precisa que «en los supermercados ya hay góndolas vacías, con cartelitos que dicen `productos sin stock´. Pero son cosas puntuales. Donde yo vivo, predomina la carne, el asado. Pero el marisco no. Esos productos tenían cartelitos».
No es la primera vez
Contradictoriamente el congelamiento de precios de los supermercados que busca frenar la inflación es implementado en el momento en que senadores y diputados aumentaron su sueldo en un 21,8% (unos 1.300 dólares por mes, en promedio)
Pero por otra parte no es no es la primera vez –según Clarín–que en Argentina se ensaya un acuerdo de este tipo.
El anterior ya había tenido lugar en 2005, con el gobierno de Néstor Kirchner, cuando los precios minoristas se habían elevado ese año aumentando el 12,3%, el doble de la inflación de 2004.
En ese momento, el acuerdo estaba limitado a una lista de 250 productos. Luego, fue ampliada a todos los artículos de supermercado y luego se extendió a otros rubros.
Sin embargo, el acuerdo no impidió que los precios siguieran subiendo y el supuesto «control» de la inflación terminó en la intervención del organismo que lo informaba: El Indec.
Bajo la administración de Cristina Fernández hay que considerar que la inflación de los últimos 12 meses en supera ya el 26%, por lo tanto, aún con los precios inmóviles los reclamos salariales por parte de los gremios ya parten de una base elevada, precisa la prensa local.
Fuente : La Segunda